Uno

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La música resonaba por todo el lugar. El sudor se le pegaba a la piel y la máscara comenzaba a picar. Pero Hyunjin lo estaba disfrutando.

Sí, tal vez no debió haber salido cuando su calor aún no había acabado. Pero ya la peor parte había pasado y se había enterado de esta fiesta de Halloween y no se la iba a perder.

Culpa a su organismo por hacerle entrar en calor en plena semana final de octubre.

Estaba seguro que sus padres se iban a molestar. Lo habían dejado en su nido y habían salido. ¿Ellos podían disfrutar y Hyunjin no?

Se separó del siguiente alfa, provocando que soltara un gruñido de frustración, yendo hasta la cocina para llenar su vaso. Estaba seguro que estaba siendo la sensación en el lugar. ¿Un Omega con delicioso aroma recién saliendo de su calor? Debía estar loco. Estaba seguro que tenía una línea de alfas detrás de él.

Se recogió el pelo en un moño alto, dejando sus glándulas al aire y sonrió cuando escuchó algunos gruñidos detrás de él. Bebió un trago de su bebida y soltó un gruñido cuando un alfa se acercó a su lado.

—No estoy disponible —dijo sin apartar la mirada de su bebida. Debía tener cuidado, había muchas drogas en el lugar y no quería ser víctima de una de ellas (aunque ya se había fumado un porro). El alfa a su lado gruñó y volvió a irse. Luego escuchó una risa delante de él y levantó la vista. Un chico de cabello rosa, con una máscara cubriendo la mitad de su rostro, justo como Hyunjin, se estaba riendo.

—Eso fue feroz —dijo el chico. Hyunjin se encogió de hombros y terminó su bebida.

—Alguien tiene que poner límites a los alfas —respondió.

—Que ser bonito no te impida divertirte —Hyunjin soltó una risita. Luego hizo un ademán con la mano.

—Solo están alborotados por las hormonas. Tampoco soy tan bonito. Y tampoco lo es que puedan verme bien la cara con la máscara.

—Bueno... Tienes unos labios lindos —respondió el chico. Hyunjin se sonrojó un poco. No era indiferente de su apariencia, había recibido toda clase de halagos a sus labios: besables, mordibles, incluso follables pero ¿Lindos? Era una palabra adorable en verdad.

—Gracias. Igual no te voy a dejar entrar a mis pantalones —respondió. El chico frente a él se puso la mano en el pecho con aire ofendido.

—Eso fue una ofensa para un caballero como yo —Hyunjin rió. Dios, le encantaba reír y los hombres que lo hacían reír.

Pero la risa se perdió cuando una mano firme se posó en su cintura y un olor fuerte le comenzó a quemar la nariz.

—Lindo Omega —el tipo a su lado gruñó, como si ya estuviera perdiendo los estribos.

—Oye —gruñó Hyunjin—. Desaparece.

Pero el tipo no desapareció, al contrario, metió su nariz contra la glándula de Hyunjin haciéndolo gritar de sorpresa.

—¡Oye! —exclamó el chico con quién había estado hablando—. Te dijo que lo dejaras en paz —Hyunjin podía sentir el pánico en su garganta cuando la mano en su cintura se apretó. Podía sentir los colmillos del tipo en su cuello.

Maldita sea. Me va a morder.

—Suéltame —gimió de miedo Hyunjin, haciendo lo posible por soltarse del tipo.

—Quieto, bonito.

—Suéltame —volvió a decir, ahora lleno de pánico. Podía sentir como sus lágrimas comenzaban a bordear sus ojos. Tiró, pero el sujeto lo tenía agarrado con fuerza.

Solo era diversiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora