Diez

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Jisung estaba cansado. A veces se preguntaba si había sido buena idea eso de ser cantante. No era como lo pintaban, solo éxitos, fans y felicidad. Era jodidamente cansado. Eran horarios desde temprano, directores molestos porque no salía bien la toma, productores irritantes porque la canción no salía como ellos creían que debía salir así fuera que Jisung estuviera produciendola.

Sin embargo, la alternativa a no haber sido cantante para Jisung era una vida aburrida, en un trabajo aburrido para él y nada satisfactorio.

Así que sí, había sido buena idea ser cantante.

Se pasó una mano por el pelo, ya lo tenía demasiado largo y estaba pensando pintarlo de otro color.

Su manager le había dicho que el naranja quedaba perfecto, pero su estilista argumentaba que dejara el azul, que ya había pasado hace poco del rosa y era demasiado pronto para otra decoloración.

La última canción ya estaba terminada. Solo necesitaba tomarse el tiempo de grabar y estaba esperando que llegara Chan, su ingeniero de música, para ayudarlo a producir.

Tomó su teléfono, aún sonaba el demo en la habitación, y miró sus últimos mensajes.

Era una foto de Hyunjin con Kkami. El corazón de Jisung se calentó ante la imagen del Omega. No pensó que caería tan rápido pero lo había hecho.

Al comienzo, había estado buscando al chico de la fiesta y había creído que Hyunjin era él. Era algo estúpido, lo único que había tenido de referencia que se parecían eran sus labios y el color de pelo.

Pero eso no era suficiente. Hyunjin parecía nunca haber ido a una fiesta (había revisado sus redes sociales, sí, aunque sonara un poco stalker), además que recordaba claramente el delicioso aroma a flores del Omega.

Sin embargo, la compañía de Hyunjin trasladó la idea del Omega lejos de su mente hasta el punto de ya no importarle.

En su mente ahora solo estaba Hyunjin.

La risa de Hyunjin.

Los ojos y labios de Hyunjin.

Los besos de Hyunjin.

El calor de su cuerpo sobre el suyo.

Tener sus manos en sus muslos tan limpios y sin marcas que Jisung ansiaba marcar.

—Mierda —se quejó tapándose la cara.

No era culpa de Jisung ser un romántico empedernido. Pero sabía que lo que sentía por Hyunjin era más que un simple crush. Había algo ahí. Algo demasiado intenso entre los dos cada vez que estaban juntos. Algo que había en la mirada de Hyunjin desde la primera vez que lo vio.

Algo que Jisung quería desentrañar y averiguar todo el misterio que Hyunjin representaba.

La puerta se abrió y Chan entró disculpándose por la tardanza.

Jisung le dijo que no se preocupara y se centró en contestar el mensaje de texto de Hyunjin.

Quiero besarte tanto. Quería escribirle. Sin embargo, no lo hizo.

Yo:

Eres tan hermoso.

.

Jisung llegó a la puerta del apartamento de Hyunjin aún con dolor de cabeza. La reunión de esa mañana lo estresó al límite.

No recordaba que su rutina comenzaría en una semana y aunque Jisung le había tratado de calmar a su manager porque sería solo una semana y todavía tenían tiempo de terminar las sesiones de fotos, el hombre estaba alterado.

Solo era diversiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora