Dos

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Advertencias: Maltrato físico y verbal. Discusiones sobre aborto.

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—¡Eres una puta! —El sonido de la cachetada inundó la habitación. Hyunjin lloró, su mejilla le ardía tanto. Pudo sentir algo de humedad, estaba seguro que el anillo de su padre le había rasguñado.

Los ladridos de Kkami, en los brazos de su madre tratando de liberarse para defender a Hyunjin, le dolía en el corazón

—Papá... —sollozó.

—¡Cierra la boca! —Otro golpe, esta vez no fue una cachetada sino un puñetazo que hizo que Hyunjin gimiera más de dolor. Su padre lo tomó del pelo y lo hizo levantar la cabeza—. Eres un inútil, siempre lo has sido. Siempre he sabido que esa cara bonita tuya solo nos traería problemas —lo soltó. Y le dió otro puñetazo. Hyunjin podía sentir como la sangre se acumulaba en su boca. No dejaba de llorar, su madre no lo defendía ¿Por qué no lo hacía?

La mano de su padre tomó su rostro, apretando su mandíbula haciéndole doler.

—Teníamos tantos planes para ti —dijo el hombre. Hyunjin siempre había temido a la mirada de su padre. Siempre se había sentido tan intimidado—. ¡Y tenías que CAGARLA! —volvió a golpearlo. Hyunjin escupió sangre en el piso. Estaba llorando a mares. Odiaba llorar frente a su padre. Sintió cuando volvió a tomarle del pelo, pero está vez no lo jaló. Pudo escuchar el sonido de unas tijeras. Su padre le estaba cortando el pelo, haciéndole un desastre a Hyunjin porque su belleza solo traía problemas.

Su madre seguía sin defenderlo.

Su padre volvió a jalarlo del cabello y lo hizo levantarse. Luego lo empujó hacia las escaleras. Hyunjin resbaló y cayó al suelo.

—Lárgate de mi casa —soltó—. Lárgate de mi casa, puta.

—Pa...

—Debería hacerte abortar a la cría a patadas —Hyunjin se cubrió el vientre. No le importaba, en verdad, abortar. Pero el dolor de las patadas no podía soportarlo.

—Joon... —por fin habló su madre—. Déjalo, ya basta.

Su padre gruñó. Hyunjin pensó que todo había terminado. Se fue a levantar cuando no predijo la patada.

No fue una patada en su vientre, creyó que hubiera dolido menos que la patada que recibió en el rostro. Gritó de dolor, sintiendo como la sangre brotaba de su nariz.

—Fuera de mi vista —dijo el hombre dando la vuelta, dejando a Hyunjin retorciéndose en el suelo.

Casi se arrastró hasta su habitación. Kkami gimoteando a su alrededor. Seguía llorando. El rostro le dolía demasiado por los golpes, estaba seguro que estaba hinchado.

Escuchó la puerta cerrarse y tembló de miedo.

—Ve a casa de Minho esta noche —dijo su madre—. Trataré de convencer a tu padre para que no te dejemos sin nada. Al menos pagarte un apartamento lejos.

—Los avergoncé —murmuró Hyunjin, le dolía siquiera hablar.

Su madre dijo lo que estaba pensando, pero aún así le dolió demasiado.

—Nos decepcionaste.

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Minho estaba preparando la cena para él y Chan cuando la puerta sonó. En verdad no había esperado a nadie, Chan tenía llaves y a menos que las hubiera perdido, nadie tenía que tocar su puerta.

Cuando fue a abrir, lo menos que esperaba era a Hyunjin, envuelto en un hoddie grande, con el rostro todo golpeado, y a Kkami en brazos.

—¿Hyunjin? —preguntó Minho enseguida tomando el rostro del Omega en sus manos haciendo que Hyunjin siseara de dolor— Dios, bebé ¿Que te paso?

Solo era diversiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora