Solo era diversión

Veinte

Cuando Jisung abrió la puerta, Hyunjin no esperó más hundiéndose en un fuerte abrazo del alfa. Escuchó a Jisung suspirar y luego reír. Luego besar su sien mientras lo inundaba en el abrazo. La nariz del alfa olió su pelo y Hyunjin se inundó en el suave olor de Jisung.

Le encantaba hacerse más pequeño frente a Jisung a pesar de ser más alto.

—Buenas noches, corazón —saludó Jisung acariciando su espalda.

—Buenas noches, amor —saludó Hyunjin. Se desenrollaron para que Jisung cerrara la puerta y Hyunjin se dirigió enseguida a la habitación de Jisung.

En la cama, tomó sábanas y ropa del alfa para hacer un nido improvisado mientras Jisung lo miraba con una sonrisa. Luego se acostó y estiró la mano para llamar a Jisung. El alfa se quitó la camisa e ingresó al nido de mantas colocando al Omega entre sus brazos.

—Gracias —murmuró Hyunjin apretando el pecho del alfa.

—No debes prestar atención a lo que dicen las redes, Hyune. La gente solo quiere lastimarte —Hyunjin olió a Jisung.

—¿Cómo eres tan bueno conmigo? ¿Por qué?

—Porque te amo.

—No te merezco —Jisung acarició el cabello de Hyunjin.

—Claro que sí —los ojos de Hyunjin se llenaron de lágrimas. Las manos de Jisung acariciaron su vientre brindandole calma. En su interior, su cachorro se movió provocando la risita de Jisung al sentir el movimiento.

—La princesa está feliz de sentir a papá —rió Jisung, los ojos de Hyunjin lagrimearon.

Era hora. Se lo debía a Jisung. Se lo debía a su cachorro.

—Te voy a confesar algo —dijo Hyunjin acariciando un pectoral de Jisung con sus dedos—. Solo... prométeme que no te vas a enojar.

Las caricias de Jisung se detuvieron y se separó de Hyunjin.

—¿Qué pasa? —preguntó con dulzura. Dios, Hyunjin no merecía a este increíble hombre. Hyunjin suspiró y se levantó hasta sentarse en la cama. Jisung lo siguió. Hyunjin pasó su mano por sobre su vientre.

—Yo... Te mentí. Conozco al padre de mi cachorro.

—Oh —la mirada de Jisung decayó— ¿Y él quiere responder? —Hyunjin desvió la mirada. Estaba tan asustado. No podía expresar lo asustado que estaba. Asustado de la reacción de Jisung.

—El 31 de octubre del año pasado, salí a un fiesta a finales de mi celo. Fue una estupidez pero siempre fui estupido conmigo mismo. Yo... conocí a un dulce chico que, a pesar de que estaba en pleno celo, no se quiso meter en mis pantalones sino que me hizo reír... y eso me gustó. Un dulce chico de pelo rosa —los ojos de Jisung se abrieron grandes, como captando a dónde estaba queriendo ir Hyunjin—. Al final nos acostamos, aunque le dije que mantuvieramos las máscaras puestas. Fue tan dulce que no se fue enseguida después de follarme sino que esperó que fueran incluso por mí.

—Dios, bebé —la sonrisa de Jisung era cada vez más grande. Acarició la mejilla de Hyunjin— ¿Eras tú? ¿Tú eras el chico de la fiesta? —Hyunjin asintió con una sonrisa. ¿Jisung estaba feliz? ¿Aunque Hyunjin le haya mentido?

—Cinco semanas después... me enteré del embarazo.

—¡Oh Dios! Entonces... —señaló su vientre y Hyunjin volvió a asentir— ¡Dios mío! —Jisung se acercó y lo besó en los labios—. No puede ser, voy a ser papá —lo volvió a besar y Hyunjin se inundó en aquel beso de felicidad. Luego lo soltó y le miró con tristeza— ¿Por eso tus ataques de pánico?