Cinco

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Los besos le recorrían el cuerpo provocando un temblor en Hyunjin. Las manos calientes retorcieron sus pezones haciéndolo gemir de placer.

Hyunjin era muy sensible. Los labios repartían besos suaves en sus costillas hasta bajar hasta su polla en dónde le dió un suave beso pero terminó ignorándola.

Hyunjin volvió a gemir al sentir la lengua comenzar a recorrerlo hasta su coño y comenzar a chupar. Su mano se enredó en el suave cabello y le aplastó más la cara logrando que el chico soltara un gemido pero colocando más esfuerzo en la tarea de comerlo.

Hyunjin movió las caderas, se sentía tan bien, se sentía tan delicioso.

—Ah! Ah! Más, por favor. Lléname, lléname —gemía Hyunjin en un canto. Los dedos se introdujeron en su coño llenandolo de alivio. La boca lo dejó y comenzó a repartir besos suaves en su vientre hasta subir a sus labios.

Hyunjin no le importó saborearse en el beso. Estaba tan extasiado.

La boca se separó y Hyunjin con los ojos húmedos de lágrimas de placer, lo miró. Jisung le lanzaba una hermosa sonrisa.

—¿Quieres más? —gruñó. Hyunjin gimió más fuerte...

Abrió los ojos al sentir la humedad entre sus piernas. Hyunjin gruñó. Tenía años que no tenía un sueño húmedo y no podía creer que lo estaba teniendo ahora con un hombre que solo había conocido hace una semana.

Sí, probablemente (no, Hyunjin ya estaba seguro) habían tenido sexo, pero no había significado nada para Hyunjin. No debía significar nada para Hyunjin.

No lo había hecho en semanas. Lo había olvidado al día siguiente.

Pero al parecer su cerebro ahora no. Menos su cuerpo, que ahora tenía fantasías con Jisung solo por una jodida cita.

—Nunca había sido tan fácil —se quejó Hyunjin.

Se cubrió la cara abriendo sus piernas. Estaba tan pegajoso y su coño latía por ser llenado. Se mentalizó volver a dormir sin tocarse, pero lo necesitaba. Sabía que no iba a poder dormir.

Se arrastró por su cama y se dirigió a su mesa de noche donde tenía sus juguetes. Ahí, sacó un vibrador que no tardó en meter dentro suyo después de sacarse los pantalones.

Gimió al sentirse lleno y encendió enseguida el vibrador. Las vibraciones recorrieron su interior dándole un placer que tenía semanas sin conseguir. Como costumbre, humedecio sus dedos y los guío a sus pezones. Una pequeña electricidad lo recorrió, no recordaba ser tan sensible en sus pezones.

La vibración cambió, más rápido. Hyunjin gimió y se dió la vuelta tomando una almohada y colocándola entre sus piernas para que su polla de rozara con el objeto.

Sus gemidos aumentaron. Se sentía tan bien. Hyunjin sabía cómo tocarse, como sentirse y darse placer a sí mismo. Un calor lo recorría por completo, como si estuviera en celo pero era imposible. Pero a Hyunjin no le importaba. Se sentía tan bien y su cabeza se sentía en la estratósfera.

Su mente voló. Recordó a unas manos tocándolo tan suavemente y dando placer con su boca, como ningún otro alfa había hecho. Recordó gemidos suaves, gruñidos y caderas que resonaban con el golpeteo. Recordó estar tan perdido en su calor que no recordaba que había recibido un beso de Jisung en el cuello. O tal vez era su mente quien hacía todo ahora.

Tal vez era su mente que se imaginaba a Jisung debajo de él, sonriéndole mientras veía a Hyunjin montarlo.

—Eso es, mi pequeño Omega —diría—. Tan bonito. Me montas tan bien.

Solo era diversiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora