Cuatro

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Hyunjin comía algo de avena, la sentía pastosa en su lengua, cuando la puerta sonó. Demoró en levantarse, pedirle a su cuerpo que respondiera. Odiaba esa sensación de que su cuerpo no le perteneciera después de un ataque de ansiedad.

Chan le había dado ese día libre para que se recuperara. Hyunjin estaba harto de abusar de la confianza de sus amigos.

Se levantó y se dirigió a la puerta para abrirla. Ahí, había una cabeza rubio platino y un rostro lleno de pecas.

—¿Sabes lo caro que están los departamentos actualmente? —murmuró Félix dejando unas bolsas de lona en el suelo con un suspiro—. Además que mi roomie es una mierda.

—Felix —saludó Hyunjin apartándose y dejando entrar a su amigo. El chico entró arrastrando las bolsas de lona—. Yo... ¿Y esas maletas?

—Me vengo a vivir contigo.

—¿Qué?

—Hyung me dijo que tenías una habitación vacía. Yo me encargaré de comprar la comida, no te preocupes. Te lo dije, el alquiler está caro —soltó un silbido observando el lugar—. Lindo. Tus padres son una mierda pero tienen buen gusto.

Aquello hizo que Hyunjin soltara una risita. Se acercó al alfa más joven.

—Si sabes sobre...

—¿Tu embarazo? —dijo Félix mirándolo—. Claro. Lo sospeché cuando vomitaste mis brownies. Nadie vomita mis brownies. ¿Cómo van las náuseas?

—Mal. ¿Hyung te pidió que me vinieras a cuidar? —Félix suspiró.

—Sí. Somos tu sistema de apoyo, Hyunjin. Y no vamos a permitir que vuelvas a recaer por sentirte solo —Hyunjin sonrió un poco. El alfa estiró su mano, como preguntando si podía tocar a Hyunjin. Cuando el Omega asintió, Félix acarició el brazo de Hyunjin—. Tal vez creas que te estamos presionando o te estamos asfixiando. Pero es que te amamos, y no estás pasando por un momento fácil. Así que déjanos ayudarte ¿Sí?

El corazón de Hyunjin se calentó. Inundó a Félix en un abrazo fuerte. El alfa más joven soltó una risita y acarició la espalda de Hyunjin soltando un poco su olor.

—¿La doctora te prohibió los dulces? —preguntó, aún acariciando el suave y corto cabello de Hyunjin.

—No, creo que no.

—¡Bien! —dijo separándose— Traje unas galletas que hice hace poco. Jeongin traerá mis cosas en la noche.

—Sobre eso... me tienen que avisar si van a follar. El aroma de doble alfa en rutina no va a soportarlo mi nariz —Felix arrugó la nariz y le dió un golpecito a Hyunjin en el brazo.

—Te avisaremos.

.

Félix se tomó en serio lo de comprar él la comida. Hyunjin empujaba el carrito mientras su amigo metía cosas. A veces él metía otras cosas que le provocaba.

¿Fresas? Hyunjin no era muy fanático a las fresas, pero tenía antojos.

Los antojos eran terribles, un día se comió un pedazo de queso de la nevera a las tres de la mañana.

Había estado distraído, escuchando la perorata de Félix cuando un mechón de cabello azul apareció en su vista y no pudo evitar soltar un pequeño chillido y agacharse detrás de una nevera.

Su corazón latía con fuerza. Definitivamente no estaba preparado para ver a Jisung ese día.

Félix se detuvo y miró a Hyunjin extrañado. Se acercó al Omega y se agachó también tomando su mano.

Solo era diversiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora