Quince

592 74 29
                                    


Jinnie:

¿Estás en casa?

Yo:

¿Bebé?

Claro. ¿Que pasó?

Jinnie:

¿Puedes bajar a buscarme?

Estoy abajo.

Yo:

¿Qué pasó?

Jinnie:

Luego te explico.

Solo venme a buscar.

.

Totalmente extrañado por la forma en que Hyunjin se leía desesperado, Jisung bajó hasta la puerta de su edificio. Había un taxi parqueado en el cual salió Hyunjin apenas lo vio.

El Omega tenía lagrimas corriendo por sus mejillas cuando se lanzó a Jisung. Se preocupó, tocando la espalda de Hyunjin esperando que no estuviera herido.

—¿Qué pasó, Jinnie? —preguntó el alfa preocupado.

—Entremos —dijo Hyunjin mirando a todos lados. Jisung no sabía qué pasaba pero sintió furia, porque lo que estuviera molestando a Hyunjin, era tan grande que lo tenía temblando.

Entraron al edificio y Hyunjin no dejó de temblar en los brazos de Jisung hasta que estuvieron dentro del apartamento del alfa y sentados en el sofá.

Ahí Hyunjin rompió en llanto. Jisung no sabía que hacer, solo tomó al Omega entre sus brazos, acariciándolo y repartiéndole suaves besos mientras lloraba. No supo por cuánto tiempo Hyunjin lloró, pero se mantuvieron en la misma posición hasta que el Omega dejó de llorar y Jisung lo alejó para mirarlo a los ojos.

—¿Qué pasó, cariño?

—Jiho —murmuró Hyunjin—. Yo... acababa de cerrar la cafetería y luego él apareció y me amenazó. Me llevó a un callejón oscuro y me tocó.

Oh Dios.

—Me tocó, Jisung. Si no fuera porque logré pelear hubiera sido peor.

Los colmillos de Jisung se afilaron. Estaba molesto, quería ver a ese sujeto y matarlo.

—Voy a matarlo —gruñó, secando las lágrimas de Hyunjin. Este negó con la cabeza.

—No vale la pena... solo... por favor Jisung no sabía dónde ir, tenía tanto miedo que supiera dónde vivo que lo primero que se me ocurrió fue acá.

—Hiciste bien, cariño —dijo Jisung besando la cabeza de Hyunjin, acariciando su pelo—. Hiciste bien.

—Mañana... mañana tengo que ir a la policía —Hyunjin ya sonaba más calmado. Jisung podía sentir como su corazón estaba supremamente agitado.

—Te acompaño, Jagi. Esto es el límite —Hyunjin negó con la cabeza.

—Esto no es nada comparado con lo que es capaz de hacer.

Jisung esperaba no averiguarlo.

.

Se acostaron luego de calmar a Hyunjin. Le dió algo de tomar y algo de comer. El Omega aún temblaba cuando se acostaron en la cama luego de que este fuera al baño a cambiarse.

Hyunjin se veía hermoso inundado en un hoddie de gran tamaño de Jisung. Sus piernas largas sobresalían tan a la perfección.

Se acostaron y se miraron, y Hyunjin acarició la mejilla de Jisung.

Solo era diversiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora