Capítulo 18

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Al llegar al restaurante, tomaron sus cosas y se cambiaron de ropa.

Jisung, Hyunjin y Minho tuvieron que desmayar a algunos trabajadores para poder hacerse pasar por ellos y tomar sus uniformes, mientras que Christopher se quedó monitoreando todo desde una mesa aparte.

Mientras que Felix se quedo sentado en su mesa. Solo quedaba esperar a que aquel hombre llegará.

—Mi señor, ¿Me escucha? —le preguntó Christopher.

—Te escuchó al igual que lo demás, recuerda que en cuanto se levante de la mesa tienes que ir trás el.

—Como ordene.

Los minutos pasaron y por fin Felix vio al hombre al que estuvo buscando durante años, definitivamente pagaría las consecuencias por todo lo que había hecho.

—Joven Lee, es totalmente un placer verlo y que requiera mis servicios. —le decía el hombre con una sonrisa mientras se sentaba.

—Me alegra que haya aceptado venir, después de todo es difícil poder verlo. —Felix le sonrió. —Pero antes de hacer negocios, me encantaría que cenaramos.

—Si insiste.

Felix busco a Hyunjin con la mirada y cuando conectaron miradas el de cabello negro asintió, dándole la señal de que se acercará, cosa que hizo.

Como cualquier mesero tomó la orden de ambos, sabía cómo hacerlo, algo se le había quedado de cuando era bartender.

La orden se la dio directamente a Minho y también le dijo cual era el platillo para el Sr. Kim y cual el de Felix.

—Ten cuidado, no te vayas a equivocar.

—Claro que no, Hyunjin. —Minho sonrió de lado y comenzó a preparar la comida.

Mientras que Jisung que había recibido el auto del hombre, estaba quitando los frenos para que fallaran y fuera más fácil atraparlo.

Hyunjin regresó con la comida y algo de vino que siempre se ofrecía en los restaurantes de esa calidad, cuando dejó el plato de Felix conectaron miradas, como si se hubieran comunicado por un segundo, pero salió del trance por la presencia del otro hombre por lo que se retiró.

Ambos empezaron a comer y luego Felix suspiro mientras se limpiaba la comisura de sus labios.

—Sr. Kim. —le llamó para atraer su atención, cosa que obtuvo. —Usted hace trece años perdió a un niño cuyo nombre era Christopher, ¿Cierto?

—Si, lo recuerdo, era mi favorito y por eso nunca lo vendí, ¿Por qué lo pregunta?

—Quería saber si tenía más niños como el, quisiera uno para hacerlo mi pupilo, cuando sea el líder de los Lee quisiera tener un sucesor sin la necesidad de tener un hijo.

—Claro que los tengo, pero eso no responde a mi pregunta sobre Christopher.

—Bueno, ahora debe ser todo un hombre de veinte y tres años de edad, un hombre muy guapo y leal a quien es su salvador. —Tomó un sorbo de su vino.

—¿Usted sabe quién me lo quito?

—No sólo se eso, también se los incontables moretones que tenía en su cuerpo por los golpes, las veces que abuso de el, el trauma que le dejó cuando un hombre mayor se le acercaba y... —Hizo una pausa para mirarlo  directamente a los ojos. —También se que esta aquí, a unas mesas de distancia.

Eso sorprendió al hombre que incluso se levantó, buscándolo con la mirada, pero de la nada empezó a ver borroso.

—Ahora es mi mano derecha, mi hombre de confianza y no creía que iba a dejar pasar eso, cualquier cosa que a mis guardaespaldas les haya pasado es como si a mi me las hubieran hecho y usted sabe cual es el precio de ponerme una mano encima.

Me perteneces [Libro Uno]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora