XI

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Se habían cancelado las clases por las fuertes lluvias que habían tenido los últimos días.

Y en un principio pensó que sería demasiado difícil tener que lidiar con todos los chicos en un solo lugar sin que nadie quemara algo o hiciera algo que enojara a los demás pero ahora que llevan cuatro días conviviendo con todos sin necesidad de salir podía decir que era fácil poder convivir con cuatro chicos en un mismo lugar, y lo era mucho más fácil cuando todos estaban en sus propios asuntos, nadie molestaba a nadie y eso se agradece.

Con las cortinas cerradas y cubierto hasta las orejas por todas las sábanas que encontró, abrazo por debajo de estas al chico que dormía plácidamente a su lado. Cuando era temporada de lluvias el menor solía ser como un pequeño oso en invernación, se la pasaba durmiendo y solo se levantaba para ir al baño o buscar algo de comida, era lindo poder verlo despertar con todo su cabello alborotado y con sus ojitos adormilados. Simplemente perfecto a palabras de Soobin.

En esos cuatro días no habían hecho nada y si dice nada es nada. No podían salir a las calles aunque quisieran, todos estaban en sus habitaciones haciendo sus cosas por lo cual ninguno se veía a no ser que se encontrarán por casualidad en la cocina y los días nublados eran lo suficientemente deprimentes como para hacer que Kai y Beomgyu prefieran dormir, lo cual significa que la casa estaba en total silencio.

Escuchar como los truenos y las gotas de lluvia no paraban le dio una sensación rara, también le era raro ver su habitación de un tono grisáceo y sin ese color tan vivo que siempre tenía. Le gustaban los días lluviosos, si, pero no le gustaba cuando el día se sentía demasiado deprimente.

— Soobin...

— ¿Si?

— ¿Sigue lloviendo?

Asintió en silencio.

— ¿Crees que mañana deje de llover?

— No lo creo, Cariño. - el menor guardo silencio, sintiendo como este se removia entre sus brazos lo soltó.

— Ya vengo.

Y sin más se fue de la habitación el chico de pijama de oso, dejándolo solo en aquella fría habitación. ¿Estaba haciendo más frío o era solo su imaginación? De cualquier forma, cubrió el hueco que había en su cama por la ausencia del menor para que así mantuviera el calor.

A los minutos volvió el chico vestido con una pijama de oso con varios paquetes de galletas.

— Volví. - dijo, entrando en la habitación y cerrando la puerta detrás de él para caminar hasta la cama y subirse en esta.

— ¿Galletas?

— Galletas. - con una sonrisa le extendió uno de los cuatro paquetes que había traído, el mayor lo recibió gustoso sentándose para así poder comerlas sin correr el riesgo de ahogarse.

— Gracias.

— No hay de que.

Diciendo eso los dos comenzaron a comer en silencio las deliciosas galletas. Beomgyu tenía pocas energías como para hablar con Soobin así que solo se limitó a sonreírle cada que sus miradas se encontraban.

— Estuve hablando con Kai en la cocina y los dos llegamos a la conclusión sobre que es más cómodo dormir vestidos de un animal que dormir con las pijamas aburridas que tenemos en nuestro clóset. - dijo, llevándose una galleta a la boca.

— ¿Por qué piensan eso?

— Las telas son más suaves y se disfruta estar vestido de oso y pingüino, además, esta calientita. - se llevó otra galleta a la boca.

— Si, tienes razón en eso. Son mas suaves y calientitas. - dándole la razón le robó una galleta de su paquete.

— Ladrón.

— Solo de galletas y de tu corazón.

— Ni tanto, te falta práctica.

— Puede ser. - observó la galleta que tenía entre sus dedos, comiéndosela de un bocado sin pensarlo mucho.

— ¿Podemos salir?

— ¿Salir?

—  Salir. La lluvia ya está más tranquila y ya no hay truenos, sería bueno salir y brincar en los charcos.

— Podemos hacerlo, pero no creo que sea correcto, ¿y si te enfermas?

— Pues me enferme.

— Beomgyu.

— Si, si, ya entendí. - le dio un mordisco a su última galleta al reconocer aquel tono que Soobin usa cuando sabía que no era buena idea lo que estaba pensando.

— Se que esto de estar encerrados no te gusta... pero, podríamos salir con el paraguas si eso tranquiliza un poco las ansias que tienes de salir. - los ojitos brillantes de felicidad del menor le hicieron reír.

— ¡Vamos! - festejo bajandose de un solo brinco de la cama para ir y buscar su impermeable. Soobin con una sonrisa bajo de su cama para ir y buscar su impermeable también, después de todo no quería mojar tanto su pijama de conejo.

— ¡Rápido! - volvió a entrar el menor a la habitación con su impermeable ya puesto. Tierno.

— Ya vooy - alargó la vocal con una sonrisa al ver la expresión de impaciencia que había en el rostro del menor. Bastaron segundos para que lo sacará de la mano de aquella habitación cuando vio que ya tenía su impermeable en una mano.

Tenía razón, la lluvia estaba mucho más tranquila incluso los rayos del sol comenzaban a abrirse paso entre las grisáceas nubes. Se puso su impermeable y acompaño a Beomgyu quien ya estaba dando brincos en los charcos que habían con un paraguas, cuando habían salido por la puerta para ir a la calle el menor estaba a su lado pero apenas se distrajo Beomgyu salió disparado en dirección a los charcos.

Era lindo, lindo y tierno ver como iba de un lado a otro mientras lo oía gritar de emoción cada que daba un brinco en algún charco y se ensuciaba un poco. Ver aquella parte infantil por parte del castaño le daba ternura, demasiada ternura a decir verdad.

El castaño de hermosos ojos y sonrisa preciosa se acercó a él para dejarle el paraguas en sus manos, segundos después el de menor estatura estaba debajo de la lluvia sonriente mientras dejaba que las gotas bajaran y mojaran su rostro acompañado de los rayos de sol que estaban más presentes en el cielo, poder presenciar esa linda imagen le provocó una sonrisa boba.

— Te ves jodidamente lindo. - le hablo cubriendolo con el paraguas una vez estuvo cerca de él.

— Gracias, me lo dicen a menudo.

— ¿Si?

— Si.

— ¿También te dicen que tienes la sonrisa más bella capaz de provocar una avalancha de sentimientos en mi pecho?

— No, pero ahora lo sé. - posando sus manos sobre los hombros del pelinegro se acercó lo suficiente para besarlo. Listo, ahora podía tachar de su lista besarse bajo la lluvia con Soobin.

— Muy lindo. - susurro sobre sus labios el mayor, teniendo una sonrisa como si no fuera costumbre. Lo besó una vez más antes de apartarse y dirigirse a la entrada de la casa.

— Ya hay que entrar, fue suficiente para calmar mis ansias. ¿Me acompañarias? - extendiendo su mano en dirección al mayor, esperando paciente a que la tomará, y así fue, recibió un beso en sus nudillos acompañado de una sonrisa dulce.

— Toda la vida, Cariño.

El lindo par de enamorados entraron a la casa preparados para darse un baño y volver a su pequeña invernación.

Fue lindo recibir al día siguiente un hermoso arcoíris en la mañana... y a un Beomgyu con gripa, sus defensas no eran las mejores.

ʚUn conejo y un osoɞ [Soogyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora