XVIII

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— Hoy tuve un sueño medio raro. - habló el menor acomodandose de mejor manera el sombrero puntiagudo que tenía sobre su cabeza. – Estábamos en un campo abierto con flores, de noche. - comenzo a relatar el sueño que había tenido la noche anterior. – Mirábamos las estrellas estando acostados sobre el campo... Las estrellas se veían muy hermosas...

— ¿Y eso que tiene de raro? - preguntó para que el menor siguiera contando sobre su sueño.

— Que tú eras un hada y yo un brujo. - giro sobre su propio eje para buscar la mirada del mayor al estar un poco consternado.

El mayor al instante comprendió del porqué esa mirada que le daba su menor. Puede que haya sido una coincidencia, pero de tan sólo pensarlo se le ponían los pelos de punta.

Ese mismo día habían decido disfrazarse de un brujo y un hada. Fue de imprevisto, y que Beomgyu le contara sobre el sueño que había tenido le dejaba muchas dudas.

— Bueno, eso es algo raro... Pero sólo es un sueño, no le des tantas vuelvas al asunto, cariño.

— Se sentía muy real. - sonrió al recordar las estrellas que los habían cubierto en su sueño. Las estrellas que había visto no se podían comparar con ninguna que haya visto en su vida. Recordarlas le hacia sentir demasiadas cosas. – ¿Pero sabes qué fue lo mejor? - intento no sonreír al haber recordado la imagen de su sueño, pero fue imposible. – ¡Que eras rubio! ¡Rubioooo! ¡¿Te haces una idea de lo hermoso que te veías en mi sueño?! - grito notablemente sonrojado.

— ¿Rubio? - preguntó con incredulidad y cierta gracia al ver a su menor de esa forma. Beomgyu se le acercó lo suficiente como para quedar a unos pocos metros de distancia.

— ¡Si, rubio! ¡Y me sonreías con tus bellos hoyuelos! ¡Tú, tus hoyuelos, tu sonrisa y que estuvieras de rubio hizo que casi me diera un mini infarto en mi sueño! - trato de tranquilizarse pero le fue imposible, la imagen de un Soobin rubio le volvía loco. – ¡Me sonreías bien bonitoooo! - casi se lanzaba sobre los brazos de su novio para chillar ante la imagen que no paraba de rondar por su mente. – ¡Pintate el pelo de rubioooo! - pidió con un sonrojo adornando sus mejillas.

El mayor solo se limitó a reír. Ver a su lindo novio chillar por algo como eso era inusual.

— Me puedo poner una peluca.

— Pintate el pelo de rubioo, por favoooooor. - se lanzó finalmente a los brazos del más alto mientras hacia ojitos de perrito atropellado en un intento de convencerlo. Le importó muy poco cuando su sombrero cayó al suelo, en esos momentos tenía algo mucho mejor que hacer.

— No lo sé, no lo sé. Tendría que pensarlo. - se inclinó un poco para besarle la frente a su novio. – Puede que me lo pinte en año nuevo, pero sería con una condición. - los ojitos del menor en ese momento mostraron un brillo único, demostrando así lo emocionado que estaba. No dudó en asentir con la cabeza importandole poco el tipo de condición que le fuera a poner. – Bien, dame unos días y te diré las condiciones.

— ¿Las? - interrogó con una cara de confusión el menor.

— Exacto. Las condiciones.

Beomgyu suspiro al escuchar eso último. Todo sea por ver a su novio de rubio.

— Bien, pero que no sea nada extremo.

— No te preocupes, no te pediré que hagas algo que atente contra tu vida o salud mental. - aclaró sonriendo.

— ¡Chicos! ¡Ya nos tenemos que ir! - se escuchó gritar a Yeonjun desde la cocina lo suficientemente fuerte para que llegará a oídos de la parejita, pues ellos eran los únicos que faltaban en salir de sus habitaciones.

ʚUn conejo y un osoɞ [Soogyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora