- " ¿Él? ¿Tu? ¿Yo? ¡¿Qué?! "

101 11 7
                                    

¿Eh?— Witchland soltó a Third Reich, haciendo que este se exaltara ya que no esperaba esa repentina acción.—¿Quién es?

Soy URSS, Witchland.— El Wileriano abrió la puerta con confianza y felicidad.

Third Reich observó al sovietico con visible odio, el ruso se dió cuenta de esto y lo miró fijamente.

¡¿Qué hace él aquí?!— Dijo Third Reich.

Mejor dicho, ¿Qué haces TU aquí?

A ver, imbecil, no me cambies la pregunta y mejor respondela antes de que te clave una maldita navaja oxidada en el cuello.

No eres capaz ni de eso, recuerda, Tercer Reich, que tú y yo tenemos algo pendiente.— Sacó una hoz, amenazando al alemán con esta, quién después empezó a sentir nerviosismo pero sin cambiar su cara de odio.

¡¿Qué debería hacer Witchland contigo?! ¡Me pregunto yo!

¿Esta mal que tan siquiera venga a visitarlo?

¡Él es MI aliado! ¡Y solo MÍO!

Witchland e Imperio Wileriano cruzaron miradas, Imperio Wileriano tenía la cara de "What the fuck, ¡Que buen chisme!" Mientras que Witchland solo cuestionaba su vida entera.

¿Tuyo? Ni que fuera un maldito objeto, tengo mi total derecho a estar a su lado, te guste o no.

A ver, URSS, Reich.— Los miró a ambos respectivamente mientras los mencionaba.—¿Por qué tanta pelea? ¡Simplemente podemos ponernos de acuerdo para saber cuándo ver a quien!— URSS bajo la hoz y sonrió.

Tienes razón, Witchland, quizás deberíamos— El alemán lo interrumpió.

¡Sobre mi maldito cadáver! ¡Te repetí que no te vieras con él!

¿Por qué tanto alboroto, Reichy? Ni que estuviese planeando matarte a tus espaldas, solo son negocios que, de hecho, no son tu incumbencia.

El alemán gruñía de rabia mientras el sovietico aguantaba la risa como podía.

Maldita sea, Witchland.— Dijo para después salir de la casa y cerrar la puerta con fuerza.— Maldito seas, URSS, quieres quitarme a lo único que estoy amando realmente.— Gruñó para si mismo mientras caminaba entre la fría y suave nieve que quedaba en sus zapatos, abrazándose a él mismo para tratar de generarse calor.

Entonces... ¿Qué se supone que pasa aquí?— Preguntó el comunista mirando a Witchland.

Si tú no sabes, yo menos, últimamente está demasiado posesivo conmigo.

URSS simplemente abrazó a Witchland sin decir una sola palabra, el mencionado abrazó al sovietico, pues, ambos ya sospechaban de su posible amorío con Reich, especialmente URSS, quién, lo único que quería, era quedarse con Witchland.

-'' 𝒲𝒾𝓉𝒸𝒽𝓁𝒶𝓃𝒹  ''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora