- " Celos. "

94 9 11
                                    

Los del eje se reunieron nuevamente para iniciar con los planes de Reich. Italia Fascista e Imperio Japonés aún no llegaban, solo se encontraban Witchland y Reich.

—Entonces... ¿Cómo te encuentras Reichy?

—Vivo.

—Interesante.— Reich lo miró confundido, arqueando una ceja pensando "¿Interesante?".— Yo me encuentro muy bien, ahora que estoy superando a cierta personita.

—Felicitaciones, aunque no te pregunté y mucho menos me interesa saberlo.

—Ay nene, aprende a platicar de otra cosa que no sean solo tus problemas mentales con los judíos y la guerra.

Callate.

Y así, Witchland pasó un buen rato molestando a Third Reich, obviamente esperando a que le disparase o algo, pero parece que Reich no quería perder una sola bala.

—¡Llegué nenas!— Dijo Italia Fascista saludando con entusiasmo.

—¡Itali!

—¡Witch!— Ambos corrieron para abrazarse, Witchland cargó por la cintura al italiano y le dió algunas vueltas, ambos reían.

—Como sea.— Third Reich volteó a otro lado, cruzado de brazos.

En eso Italia Fascista es bajado por Witchland.

—Iré rápidamente por Imperio Japonés, no tardo, belleza.

—De acuerdo su majestad.— Italia Fascista se fue del lugar, dejando nuevamente al alemán y al Wileriano solos.

—Witchland.

—¿Si?

—Tu.. Mm.. ¿Has sentido algo por Italia?

—¿Huh? Cielos, ¡No! Solo somos mejores amigos, demasiado gay para funcionar.— Ríe. —¿Por qué? ¿A ti te gusta? Puedo organizarles una cena si quieres.

—No, idiota.— Suspiró. —Solo tenía curiosidad, siempre los veo juntos, igual que te veía a ti con Imperio Japonés.

—Oh, naah, Imperio Japonés y yo nos veíamos con cara de borregos a medio morir, Italia y yo solo criticamos a las demás personas, somos muy afeminados según dicen.

—Si, lo veo.. ¿Y con URSS?— Witchland se quedó un rato pensando, ¿Urss? ¿Qué con él?

—URSS... Nada especial, somos buenos amigos.

—Yo siempre veo que te mira el culo a todo lugar que vayas.— Se acercó a Witchland con una mirada de enojo y arrogancia.— Estoy harto de ver su cara de imbecil cuando te ve.

—Uhm...— Se alejó un poco, pero el alemán seguía avanzando, hasta que quedase acorralado en la pared.

—Estoy harto de ver que todos te ven como un solterón, una perra sin correa, un maldito mujeriego que se acuesta con cualquier persona por aliviar su estrés.— Tomó las muñecas de Witchland, viéndolo directo a los ojos, haciendo que el contrario, obviamente, se asuste.— Así que, me daré la libertad de que sepan a quien le perteneces.

—¿Pero qué— No terminó de hablar, ya que el alemán lo había besado en los labios, de una forma algo pesada pero a la vez, apasionada.

Ambos sentían los cálidos y suaves labios del otro, dejándose llevar por sus instintos mientras estaban solos, se sentían en las nubes, poco a poco, Reich fue metiendo la lengua en el beso, Witchland siguió el juego para así terminar en un beso un poco más intenso, entrelazando sus lenguas, se separaban por unos segundos para respirar y luego volvían a besarse, Witchland soltaba pequeños gemidos y suspiros, mientras que Reich soltaba suspiros pesados.

Y así siguieron, hasta que escucharon a cierto amigo de Witchland.

Oouhh, okay, ¿Hacemos beso de tres?— Dijo riendo con el japonés al lado de él.

Third Reich y Witchland se sobresaltaron y luego se separaron, dejando un hilo de saliva que conectaba sus labios y lengua, se limpiaron la boca y Reich veía nervioso a los dos aliados. Italia Fascista reía, Witchland respiraba agitado, mirando a la nada tratando de procesar lo que sucedió, mientras que Imperio Japonés miraba al suelo con todas las emociones negativas posibles.

—Si alguno de los dos dice algo de esto, les juro que los meto a la cámara de gas, ¡¿ENTENDIERON?!

—Calma, calma, claro que mantendremos el secreto, ¿Verdad, kamikaze?— Miró a Imperio Japonés, quién solo lo miró de reojo y se alejó de ellos sin decir absolutamente nada.— Cuidaré que no diga nada.—Sonríe.

Mas te vale.

Tratando de olvidar aquella incómoda situación, siguieron con lo suyo.

A la tarde, después de dicha conversación política, Witchland regresó a su hogar con emoción.

—¡Familia! ¡No me lo creerán!— Imperio Wileriano y sus siete nietos, que escuchaban la radio, miraron a Witchland con visible suspenso.

—¿Llegó mi príncipe azul?— Dijo Azkew, la envidiosa.

—No.

—¿Somos multimillonarios?— Habló Kodima, el avaricioso.

—No..

—¿Tienes nuevas lencerías y trajes exóticos para lucir ante el mundo y que todos mueran por nosotros?— Cuestionaba Lucrya, la lujuriosa.

—¡No!

—¿Comeremos cristianos?— Preguntó Rykzal, el goloso.

—¡No!

—¿Podré dormir en las nubes?— Decía Pozlky, recién levantándose de una pequeña siesta de 24 horas.

—¡¡No!!

—¿Soy hermoso?— Dijo Urzeliam, viéndose a un espejo luciendo su hermosura con mucho orgullo y soberbia.

—¡¡NO!!— Se quedó procesando.—Bueno, si eres hermoso cariño, ¡Pero no se trata de eso!

—Niños, dejen que su padre explique lo que sucede.

—Gracias padre, ¡Mi jefe me besó!— Todos los hijos se quedaron paralizados, luego Lucrya saltó de felicidad.

—¡Oh siii! ¡Finalmente un amorío! ¡Wujuu!

Los demás sonrieron y felicitaron a Witchland, mientras que Imperio Wileriano trataba de mantenerse sereno. Horas más tarde de elogios por parte de sus pequeños, se fueron a dormir, Imperio Wileriano se acercó a Witchland.

—Hijo.

—¿Si, padre?

—¿Quién es tu jefe? ¿De dónde es? ¿Qué te hizo aparte de besarte?

—Oh, su nombre es Tercer Reich Alemán, muchos lo conocen como Alemania Nazi o Reich, no me hizo nada más que besarme.

—Mmm.— Lo miró con desconfianza. — Ten cuidado, ¿Si? Los alemanes no me brindan nada de confianza.

—Pero...- ouh.. está bien padre, tendré cuidado.— Imperio Wileriano acarició un poco la cabeza de Witchland y sin más, se fue a su habitación, Witchland hizo lo mismo.

—Si tu hijo le hace algo al mío, ambos lo pagarán muy caro entre la tortura eterna del infierno.— Dijo Imperio Wileriano viendo una foto del Imperio Alemán, para después tirarla a algún lugar al azar, acostarse y cerrar los ojos.

-'' 𝒲𝒾𝓉𝒸𝒽𝓁𝒶𝓃𝒹  ''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora