- "Los encuentros."

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Third Reich junto a Witchland, estuvieron teniendo encuentros, Witchland practicaba orales para Reich, y este le pagaba por ello, básicamente era su puta. Un día, Witchland estaba apunto de practicarle uno de esos dichosos orales, pero Third Reich lo detuvo.

—Vamos a hacerlo.

—¿Disculpe?..

—¡Vamos a FOLLAR!— Gritó para su aliado, cosa que lo hizo asustarse pero obedeció a las palabras del Führer, unos minutos después, ya estaban en la cama, sin ropa, y lo único que uno de ellos tenía puesto era un condón, este lo llevaba Witchland, ya que Reich le ordenó estar arriba.

Witchland se sentía algo incómodo, pero luego de unas rondas, comenzó a disfrutarlo, Third Reich solo se dedicaba a soltar gemidos a alto volumen, agarrando las sábanas de su cama desordenada y sintiendo el miembro del Wileriano yendo tan profundo como para lograr golpear su próstata. Los rechinidos en la cama se hacían más fuertes, y gracias a dicho movimiento, la base de la cama golpeaba contra la pared, mientras también se escuchaban los fuertes choques de pieles entre las piernas de Witchland y el culo de Reich.

—¡Mierda! ¡Oh, si! ¡Ve más rápido, coño!— Gritaba con una sobre estimulación bastante notoria, poniendo los ojos en blanco y soltando lágrimas de placer, el Wileriano daba todo su potencial para complacer a su jefe.

Sin más, luego de siete rondas, terminó nuevamente en el condón, Reich lo detuvo.

—Okay, suficiente..— Witchland asintió y sacó el miembro, se quitó el condón y lo tiró a la basura, para después limpiarse y pasarle un pañuelo al alemán, este se limpiaba, ambos respiraban agitados, y luego, se acostaron a dormir juntos.

—¿Papá estará bien?

—Espero que si..

Discutían Alemania y Weimar, preocupados por haber escuchado a su padre gritando insultos, golpes, aplausos, y más.

A la mañana siguiente, Witchland abrió de a poco los ojos con cansancio, vió que su jefe estaba al lado de él, desnudos, Reich lo abrazaba como si fuese un peluche. Witchland no sabía que hacer, ¿Debería despertarlo? ¿Debería dejarlo dormir? ¿Debería morir?

Unos minutos después, Reich despertó y se talló los ojos, bostezando.

—Guten Morgen mein liebe..~

—¿Uh?— Acababa de decirle.. "mi amor", en serio, Reich, ¿Estás bien?

Reich se dió cuenta de lo que dijo.—¡Quiero decir! ¡Witchland! Coño.. ni se te ocurra hablar de esto, ¿Entiendes? Si lo llegas a hacer, te tiraré un balde de agua bendita.

—S-si señor..— Se ruborizó un poco, el alemán también parecía algo sonrojado.

—Como sea.. hiciste un buen trabajo anoche, te daré más dinero como recompensa.— Se levantó y saco su billetera de un cajón, para así entregarle el dinero al Wileriano.

G-gracias, señor..

—Ahora deberias largarte, tus mocosos deben estar muriendo de hambre.— Witchland obedeció, se vistió y se fue directo a su hogar.

—Mierda, mierda, mierda..— Iba maldiciendo entre dientes, y gracias a eso, chocó contra un hombre alto.B-Buenos días, URSS.

—Buenos días, Witchland.

—T-Tengo que irme, ¡Cuídese!

—Hey, hey, ¿Por qué tanta prisa? Te ves muy cansado y demacrado.

—¡N-no es nada!— URSS continuaba haciéndole preguntas tratando de perseguirlo, pero Witchland no hizo caso y corrió a su casa a lo más veloz que podía, para asi al llegar, encerrarse.— Por satán... Ese culo en serio era bueno..

Third Reich se encontraba en su casa, vistiéndose, tenía algo de ardor en su cadera pero era tolerable, Entonces se le acercaron sus hijos.

—Vater? ¿Estás bien?

—Si.

—¿Ese hombre te lastimó? Te escuchamos gritar y escuchamos golpes anoche..— Dijo Alemania con preocupación

—Son asuntos de adultos, pero estoy bien.

B-Bueno.

—Ahora larguense, estoy ocupado.

Los pequeños obedecieron a papá alemán y se fueron a su habitación.

Más tarde...

—Y dime... ¿Es bueno en la cama?

—¿Qué clase de pregunta es esa, imbecil?

—¡Solo es curiosidad!

—Si, es muy bueno, dura bastante y.. complace lo suficiente..— Reich se mordió el labio al recordar todo.

Mieeerda, ¿Oíste eso Imperio? De lo que te pierdes, ¡Eres un imbecil!— Decía Fascista hacia el japonés, quién lo miró con odio profundo hasta el alma.

—Cierra. La. Maldita. Boca.

Uuuuyy, andamos celosos.— Fueron interrumpidos por reich, quién ya apuntaba con un arma a la cabeza de ambos.

—Digan algo de esta charla y no viven para contarlo a alguien más.

—¡Entendido Führer!— Dijeron Fascista e Imperio algo nerviosos.

-'' 𝒲𝒾𝓉𝒸𝒽𝓁𝒶𝓃𝒹  ''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora