-'' Como en los viejos tiempos ''

208 15 24
                                    

1856...

Imperio Wileriano, nacido en 1567, jugueteaba con sus pequeños hijos, aún colonias llamadas "Witchland", el hermano mayor, con apariencia de un adolescente, y "Goelaria", el menor, con apariencia de un bebé, Imperio Wileriano los amaba, prometió jamás abandonarlos y darles todo lo que necesiten, amor, atención, comprensión y todo lo que un verdadero padre debe hacer, por supuesto con ciertos límites.

—Padre, cuando sea un adulto, ¡Seré igual a ti!— Dijo el mayor, mostrando su admiración hacia su querido padre

—Mi pequeño, vas a lograr eso y mucho más.— Dijo entre risas, para así cargar a su bebé Goelaria quién lo mira con ojitos brillosos —¿Tu también quieres ser como papi?— Le hizo cosquillas al menor mientras decía eso, los hermanos reían con el padre —Ustedes dos lograrán incluso superarme algún día, tengo fé en eso.— Abrazó a sus pequeños, un momento cursi de padre a hijos no está demás, pero cierta persona lo arruinaría en poco tiempo.

Un horrendo olor a quemado llegó hacía las fosas nasales de Imperio Wileriano, cosa que lo hizo reaccionar y fue a ver hacia las ventanas.

El emperador cargó a sus dos hijos en brazos y los llevo sigilosamente fuera de su palacio imperial, los llevó hacia una iglesia que permanecía a poca distancia de él.

—Niños, por favor, quédense aquí, y no se muevan, no hagan ruido, alguien peor que un demonio ha venido por nosotros.

—¡P-Pero padre!

Shh, no te angusties hijito, papi se encargará de esto, por favor obedeceme, ¿Si?— Dijo para darles un beso en la frente a ambos y los dejó, saliendo de la iglesia. —¡¿Qué es lo que quieren?!— Dijo, dirigiéndose a aquellos responsables del incendio, quienes eran nada más y nada menos que el Vaticano y sus pobladores

—¡Hemos venido por justicia, en el nombre del cielo, usted y su país son un peligro para la humanidad! ¡Atraen al demonio como si fuera un dios! ¡¡ÉL NO ES UN DIOS!!— Dijo el Vaticano mientras alzaba su Rosario

—¿Y qué? ¿Van a lincharme por tener mis propias creencias? Esto ya no es la edad Media, Vaticano, así que ve a joder a otro lado.

El Vaticano se quedó pensativo, para finalmente sonreír —El emperador tuvo una gran idea.— Chasqueó los dedos y se dirigió a su gente —¡Hermanos! ¡Démosle el encuentro con dios a este emperador!

Su gente lo siguió, dando un grito parecido a uno de guerra, ataron a imperio Wileriano y lo llevaron a la Montaña Avariciosa, dónde anteriormente se hacían rituales para obtener riquezas.

—¡¿Q-Qué mierda hacen?! ¡TENGO HIJOS! ¡MALDITOS SEAN!— Dijo enfurecido, su única pupila comenzaba a desaparecer dando a entender su enojo.— ¡Déjenme en paz! ¡Yo no les hice nada!

Vaticano mandó a que lo crucificaran para poder tener un "Acercamiento a dios", esta vez al emperador no lo mandaron a cargarla por mucho camino, debido a que él no tiene la fuerza que jesús tuvo, por lo tanto, lo dejaron ahí mismo y lo tiraron encima de la cruz, y pusieron los clavos en sus manos y pies, haciéndolo una T pose.

Los gritos de dolor eran irritables, su llanto aumentaba cada que recordaba a sus pequeños y lo mucho que quería verlos crecer, comenzaba a sentir calor, tal parece que lo habían incendiado, como una bruja, comenzó a cerrar sus ojos, pero de pronto una voz de un pequeño se escuchó.

—¡Ahora!— Los pobladores wilerianos comenzaron a atacar a los vaticanos, estaba claro que la caída de un imperio era lo último que querían, mientras atacaban, Witchland tuvo que dejar a su hermanito sentado justo al lado de su padre, por supuesto donde el fuego no llegara hacia él y así poder tratar de ayudarlo.— ¡Padre no te angusties, voy a ayudarte!

—¡Hi-Hijo!— Exclamó tratando de advertirle a su pequeño que atrás de él venía el mismo Vaticano para golpearlo, lo tiró al piso. —¡¿Qué te pasa maldito imbecil?! ¡ESE ES MI PEQUEÑO, DÉJALO EN PAZ, SOLO ME QUIERES A MI!

—Entonces también tendré que deshacerme de él.— Sacó un libro, algo así como una biblia, comenzó a rezar en latín y sin más un gran portal rojo se abrió, haciendo que el pequeño Wileriano adolescente caiga, pero este trató de agarrarse con fuerza del pequeño pasto que estaba ahí,  mirando a su padre.

—P-Padre...— Sollozaba, mirándolo con terror

—...Estoy orgulloso de ti.— Dijo sonriendo con dificultad, para finalmente cerrar su ojo y mantener la cabeza agachada.

—¡PADRE, NO! ¡NO!— Trató de escalar pero fue inútil, poco a poco su fuerza disminuyó y terminó por caer al horrible y caluroso abismo del infierno.

—ESCUCHEN BIEN, TODOS, EL VATICANO SERÁ SU HOGAR AHORA, ¡USTEDES SON VATICANOS Y NO SEGUIRÁN LAS REGLAS DEL DEMONIO!— La gente Wileriana, con miedo a que algo les hagan, hicieron caso, yéndose a su nuevo hogar junto a los originarios de las tierras católicas.

El católico miró al pequeño bebé que estaba dormido al lado de su padre, un niño que apenas y sabía quién eran sus familiares, lo cargó y se lo llevó.

—Te enseñaré a seguir las reglas del señor.

-'' 𝒲𝒾𝓉𝒸𝒽𝓁𝒶𝓃𝒹  ''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora