- "Tu no eres mi padre... ¿Verdad?"

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Golearia no pudo contenerse y salió corriendo de dicho hogar, Witchland lo miró y suspiró.

-Se le pasará.

Imperio Wileriano despareció de la vista de Witchland, el mencionado no se asustó, sabía lo que su padre iba a hacer.

Un rato después, llegó Goelaria a la iglesia católica, en la que aguardaba Vaticano con algunos golpes.

-¿Padre? ¿Qué le pasó?

-Mi mismo papá me dió la golpiza de mi vida...- Juntó las manos y cerró los ojos.- Que Dios nos perdone..

Goelaria solo lo miró y después se despidió del Vaticano, yendo así a su habitación, agotado. Unas horas más tarde, estando él en su cama, acostado boca arriba, viendo al techo, con una suave pijama calentita y una almohada esponjosa, escuchó a alguien tocar la puerta, confundido fue a ver, pesando que probablemente sería Vaticano, pero no, al abrir la puerta no había nadie ahí, para así cerrar dicha puerta, se pregunta en su mente "¿Qué está pasando?" Para que, al voltear, notara a un hombre alto de casi 3 metros (2.89) que tenía cuernos dorados, ojos amarillentos con pupilas felinas, iguales a las suyas y las de Witchland, un parche rojo, un cuerpo robusto y un traje anticuado de emperador, Goelaria asustado, brincó y soltó un grito que casi lo deja sin voz, pero entonces aquel hombre le cubrió la boca.

-¡Shh! ¡Hey! Tranquilo...- Goelaria se calmó un poco, viéndolo a los ojos, preguntándose "¿Por qué se parece tanto a él?"

-¡¿C-C-Cómo entró a esta casa?! Y también, ¡¿Cómo entró a mi habitación?!- Imperio Wileriano suspiró.

-Tengo que hablar seriamente contigo.

Sin más, imperio Wileriano se sentó en la cama del golario y lo invito a sentarse, Goelaria obedeció.

-Okay.. mmm... Querido, no sé cómo decirte..- Suspiró -Tu "padre".. Vaticano.. él.. bueno, no es quien crees que es.

-¿A qué se refiere?..

-Vaticano.. no es tu padre, Vaticano solo te adoptó porque quería.. por así decirlo, evangelizarte.- Lo miró desanimado. - Realmente, Witchland y yo somos tu verdadera familia, y no queremos que dejes a Vaticano, claro que no, solo queremos darte a entender y que dejes de caer en las mentiras de ese hombre.

-¿Mi verdadera familia?- Asustado, vió hacia los dedos de Imperio Wileriano, los cuales estaban cada uno con un anillo de oro, exceptuando uno de sus pulgares.

-Si, verás, no es por asustarte, pero yo no estoy vivo.- Goelaria, por obvias razones, sacó una cruz y la empezó a señalar hacia imperio wileriano.- Tampoco soy un ente maligno.. Baja eso.. - Agarró la cruz y la bajó.- Escucha, hijo, no recuerdas nada porque Vaticano me asesinó cuando tú eras apenas una colonia, no tenías ni 2 años.- Goelaria se quedó paralizado, no sabía si sentirse feliz, triste, enojado, confundido, nada, no sabía.- No quiero hacerte daño, no quiero separarte de quién ves tu como un padre, al contrario, solo quiero que se mantengan unidos y que, si me mató para evangelizarte, te cuide de la forma en que lo mereces, mi pequeño rey.

Al oír esas palabras, Goelaria no pudo evitar el llanto, ya no, ahora era una mezcla de felicidad y tristeza.

Imperio Wileriano abrazó a Goelaria.

-Ya, ya, todo estará bien, hijo mío.

-Gracias por aclararmelo padre.

Witchland, quién escuchó todo desde afuera de la habitación, se asomó por la puerta, llamando la atención del emperador y del pequeño papa.

-Ahora lo entiendes, hermanito.

-'' 𝒲𝒾𝓉𝒸𝒽𝓁𝒶𝓃𝒹  ''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora