Imperio Japonés solo miró a su jefe con fastidio y se fue, Third Reich lo detuvo volteandolo hacia él, para darle una bofetada.
—¡Eres un completo estúpido! ¡Muy bien podríamos perder la alianza de Witchland por tu culpa! Maldita zorra imperial.
—Reich, ¿Por qué te importa tanto? No nos ayuda en las guerras, siempre se hace el inocente.— Masajeaba su mejilla
—No digas estupideces, ¡Él nos da recursos como armas o equipo militar! ¡Refugios! ¡Muchas cosas más para sobrevivir a esta guerra y está orientando a Italia Fascista para que deje de ser un total inútil!— Gritaba el alemán furioso, como un perro ladrando a un niño que fue por tortillas a la tienda de la esquina. El emperador solo se quedó callado viéndolo con lágrimas en los ojos, Third Reich lo soltó tirándolo al suelo.—Largate de mi vista antes de que la alianza que pierda seas tú.— Dijo sacando un arma, haciendo que Imperio Japonés se asuste y comience a correr lejos.
Witchland caminaba sin rumbo, secando sus lágrimas, viendo hacia sus pulgares sin accesorios, por hacer esto, chocó con alguien que media aproximadamente 3 metros.
—¡Agh! ¡Joder, maldito poste!— Se masajeaba la cabeza para después mirar hacia arriba, y era un poste según su altura, la URSS.— Oh.. mierda..
—Si, vaya mierda.
—¡Perdoneme, señor URSS! ¡Fue un accidente! ¡No quise ofenderlo! Es que jamás vi a alguien tan alto en mi vida.. y por satán, vaya que es alto..
—Si bueno, no importa, estás perdonado, si me disculpas estoy algo ocupado así que, mejor vete a hacer... Lo que sea que tengas que hacer.— Dió media vuelta apunto de caminar, pero Witchland lo tomó de la mano haciendo que el sovietico lo mire confundido.
—Lléveme con usted, señor URSS, no tengo nada que hacer, más que.. llorar, supongo, y para evitar eso, quiero que me lleve con usted.— Witchland movía su cola puntiaguda como si fuera un perrito emocionado por su dueño recién llegado del trabajo.
—¿Si hago eso me dejaras en paz?— El Wileriano asintió.— Bien, vámonos.
URSS arrebató su mano del agarre de Witchland para que lo siguiera sin tocarlo, el Wileriano hizo caso y lo siguió, URSS fue hacia su hogar, lleno de pequeños niños que hacían travesuras en todo el lugar, haciendo que Witchland tenga una sensación nostálgica por sus hijos.
—Дети!— Los pequeños hicieron caso a las palabras de URSS y se quedaron quietos.— Conozcan a su nuevo niñero, Witchland.
—Hol- espera ¿Qué?
—Los vas a cuidar mientras esté ocupado.— URSS se marchó.
—Uhmm.. bueno.
Los pequeños sovieticos se acercaron a Witchland, unos tocaban su colita, cosa que le hacía cosquillas, otros querían tocar sus cuernos, así que se agachó para que los pequeños pudieran tocarlos, y así comenzaron a jugar.
—No me divertía tanto desde que mis hijos han crecido.— Reía y daba vueltas con unos pequeños en sus brazos, mientras reían, otros se trepaban a su pierna.
—¿Cuántos hijos tiene, señor Witchland?— Cuestionaba Rusia.
—7 hijos, mayoría de ellos ya adultos, aunque algunos son un desastre de adolescentes, y ustedes también lo serán.— Se dirigió a todos en particular, sonriendo, los bebés de URSS lo miraban con ojos brillosos.
Después de otro pequeño rato jugando (Juegos muy raros, cómo por ejemplo fingir que ellos también son soldados y que mueren en una guerra, vaya crianza, URSS.) Los pequeños cada uno tenía sueño o estaba ya cansado, así que Witchland los llevó a sus respectivas habitaciones según lo guíaban, los dejó en sus camitas y cerraron sus ojitos dispuestos a dormir.
—Bien, witch— No terminó de hablar ya que no vió a nadie en la sala de estar, dónde antes, se encontraban todos ellos, una voz fina se escuchó detrás de URSS.
—¿Si, señor?
—...¿Dónde están mis hijos?
—Fueron a dormir, se cansaron de jugar tanto, son encantadores, me recuerdan mucho a mis hijos.
—Okay, ehm, bueno, ¿Cuánto quieres por cuidar de ellos?
—¿Huh? ¡No es necesario! Fue un placer cuidarlos y también me alivió a mi, solamente puedo agradecerle por tener la confianza de dejar a sus hijos conmigo, señor URSS.— Dijo con una sonrisa, para después hacer una reverencia.
—Por favor, solo dime "URSS" el "señor" no es necesario.— Dijo tomando la barbilla de Witchland, haciendo que se levante y vuelva a su postura original.
—Uhm, está bien, URSS.— Sus mejillas se tornaron un poco rojizas por como lo levantó.
—¿Puedes hacerme un último favor?
—Claro, el que sea.
—¿Me darías un masaje? Mi espalda duele demasiado y estoy muy estresado.— Decía mientras se quitaba el abrigo y el Ushanka, dejándolos en el sofá y él sentándose en este.
—Sera un honor— Dijo Witchland para ponerse detrás de URSS y comenzar a masajear tanto su espalda como sus hombros.
—Ouhh~ que alivio..— Suspiró profundamente con una cara de placentera relajación.
Después de un rato, URSS detuvo a Witchland, ya relajado y sin mucho dolor de espalda.
—Ya puedes retirarte, muchas gracias por tu apoyo, Witchland.
—Para eso estoy mi querido URSS.— Ambos sonrieron para el otro, URSS guió a Witchland a la salida de su casa, dónde casualmente, al abrir la puerta, se encontraba Third Reich esperando con impaciencia.
—Iba a preguntar dónde estaba Witchland, pero creo que te me adelantaste, Sovietico
—¿Necesitas algo, Alemán?— Arqueo una ceja, mientras Witchland salía de la casa con incomodidad.
—Solo necesito a MI aliado, gracias.— Tomó del brazo al Wileriano y lo llevó lejos.
—¡Adiós URSS! ¡Cuídate!— Miró hacia atrás para dar una última despedida, el ruso solamente se despidió con la mano, para entrar de nuevo en su casa.
—¿Qué hacias con ese tarado?
—¿Eh? — Witchland lo miró confundido.
—¡¿Que qué hacías con ese Stück Scheiße?!
—¡Solo le hice algunos favores!
—¿..Qué favores..?
—¿Por qué le importa tanto?
—Deja de cuestionar ¡Y dime! Maldita sea.
—Pues, cuidé de sus hijos y le di un masaje para aliviar el estrés y dolor, jefe, no es para tanto.
—Si claro, escúchame bien, Witchland, no quiero que vuelvas a acercarte a ese maldito sovietico, ¿Te quedó claro?— Tomó de los hombros a Witchland acercándolo a su cara con rabia.
—Pero yo-
—¡¿Te quedó claro?!
—...Si, señor.

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-'' 𝒲𝒾𝓉𝒸𝒽𝓁𝒶𝓃𝒹 ''
Romance¿Ese quién es? ¿Cómo que ya existía? ¡Jamás oí hablar de él! Wileria, un país con rasgos bastante extraños y no como los de cualquier "Countryhuman". Logrará cambiar la perspectiva homofóbica de... ¡¿Third Reich?!