Masaje

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Llegaron a casa después de una comida familiar. Ella llevaba un vestido blanco, corto y unos tacones negros y altos.
El llevaba un pantalón vaquero ajustado y una camisa azul.
Nada mas entrar en casa ella se quitó los zapatos y se fue con ellos en la mano hacia la habitación. El la siguió para cambiarse de ropa y ponerse algo cómodo. Al llegar a la habitación ella se tiró derrotada en la cama y el al verla no pudo evitar fijarse en sus curvas destacadas por ese vestido.
Él se acercó a ella y se desabrochó uno por uno los botones de su camisa mientras contemplaba su cuerpo.
Se desabrochó el botón de la manga derecha y luego el de la izquierda. Se colocó al borde de la cama, se apoyó en la cama con la rodilla y se quitó la camisa y la lanzó sobre la cómoda.
A continuación puso su mano en la cintura de ella que seguía tumbada boca abajo con los zapatos en la mano.
Al sentir la mano de él dejó caer los zapatos al suelo y colocó sus manos debajo de su frente uniendo sus brazos. El con la otra mano fue a buscar la cremallera del vestido y la bajó suavemente para no romperlo.
La cremallera llegaba casi hasta la cintura por lo que quedó destapada toda la espalda. El empezó a masajear sus hombros haciendo una fuerte presión con los dedos pulgares, poco a poco fue bajando masajeando toda la espalda haciendo que ella sintiera como su cuerpo se relajaba. Intentando disimular tocaba los laterales de sus senos a la vez que realizaba el masaje lo que provocó que endurecieran los pezones de ella. Él empezó a incluir besos en la espalda y e los hombros a la vez que realizaba el masaje. Llegó a la zona lumbar y al toparse con el vestido cogió los tirantes y le bajó el vestido a la vez que besaba su hombro derecho hasta los glúteos, dejando estos la mitad al descubierto. Poco tardó en pasar su mano a las nalgas y menos tardó en meter la mano por dentro del vestido agarrando y masajeando con delicadeza las nalgas. Continuó bajando el vestido hasta terminar quitándoselo por completo quedando ella con sólo el tanga.
El se levantó de la cama y se desabrochó el cinturón, se quitó el botón del pantalón y se lo quitó. Sus manos volvieros a las nalgas de ella y al subir pasaban por debajo del hilo del tanga pegando unos pequeños tironcitos. En una de estas los dedos engancharon el tanga y lo bajaron hasta las rodillas. El agarró una almohada pequeña levantó de la cadera a ella y le colocó se la colocó bajo el vientre. Le termino de quitar el tanga y el se quitó los calzoncillos.
Ella miró hacia atrás para ver que iba a hacer él que mientras la miraba a los ojos se colocó encima suya y ayudándose de su mano le colocó el pene entre los labios. Ella agarró sus nalgas y estiró hacia los lados para provocar una mayor apertura y el agarró sus caderas y empezó a meter su pene hasta alcanzar el máximo de profundidad. Ambos suspiraron aliviados y el apretó con fuerza las caderas de ella que estiró sus brazos para agarrarse al cabecero de la cama.
El empezó a subir la velocidad. Gracias a la postura con un poco de impulso el cuerpo de ella rebotaba de forma automática haciendo que no se despegaran los cuerpos y la velocidad pudiera ser rápida a la vez que la penetración era profunda. Él soltó su cintura y agarró con la mano izquierda el pelo de ella. Ella apoyó sus manos en la cama pasando a estar a cuatro patas y el empezó a tirar del pelo haciendo que ella mirase hacia el frente. Con la mano derecha comenzó a azotar suevemente en el culo a ella provocando que ella subiera su nivel de excitación. La solto el pelo y agarró con sus dos manos de sus hombros para empujar su cuerpo contra el suyo con mucha fuerza. Ella notaba con cada golpe como entraba y salía con fuerza el pene, lo hacía tan fuerte que en cada embestida se escuchaba como sus cuerpos chocaban y como el cabecero de la cama pegaba contra la pared. Ella empezó a gemir y él la cogió las muñecas y se las puso detrás de la espalda haciendo que ella sólo pudiera sujetar su cuerpo con sus rodillas. El tiraba de sus brazos a la vez que realizaba los movimientos. Ella no podía parar de gritar, estaba a punto de tener un orgasmo. El también estaba a punto. Cerró los ojos, apretó los dientes y empezó a mover la cadera lo más rápido que podía. Ella llegó al orgasmo pero él seguía a toda velocidad hasta que llegó a correrse alargando el orgasmo de ella unos siete segundos. Él soltó los brazos de ella que cayó a la cama casi desplomandose y el se tumbó a su lado sintiendo como el sudor en su frente casi se le metía en los ojos y su corazón palpitaba a una velocidad incontrolable.

Historias de una noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora