Probadores

3K 17 0
                                    

Entraron a una tienda de ropa con el fin de encontrar un pantalón corto para ella.
Tras una intensa búsqueda seleccionó un pantalón vaquero rosa y el mismo en azul marino.
Aún indecisa de cual comprarse se dirigió hacia el probador para ver cuál le quedaba mejor.
-Vamos a probarlos- le dijo a él.
Ambos cogieron rumbo a los probadores.
Al llegar a la entrada de los probadores había una dependienta.
-El número 17, al fondo a la derecha- dijo la dependienta asignándoles un probador.
Según recorrían el pasillo se podía ver que casi todos los demás probadores estaban desocupados.
Llegaron al número 17 y pasó ella primero y después él.
Este cerró la cortina mientras ella se quitaba el botón de su pantalón.
El probador tenía en una de las paredes un espejo que la cubría por completo, una especie de banco en el fondo para poder cambiarse sentado y la cortina llegaba hasta el suelo.
Mientras ella se quitaba sus pantalones él sujetaba los que se iba a probar sin perder de vista las nalgas de ella.
Ella llevaba puesto un tanga finito de color blanco transparente por delante.
-Dame el rosa primero-
Ella cogió de las manos de él el pantalón rosa. Se lo puso y comenzó a mirarse en el espejo.
La parte de atrás hacía forma de V por lo que la mitad de las nalgas sobresalían del pantalón.
Él comenzó a morderse el labio al ver como resaltaban sus nalgas y no pudo evitar agarrarlas.
-Estos te quedan genial- le dijo mientras palpaba.
A continuación se acercó a ella y la besó la mejilla por detrás.
Él comenzó a tocar la cintura y las piernas de ella suavemente.
Pasó la mano al botón del pantalón y dijo.
-A ver qué tal se quita.
Desabrochó el botón y los bajó por debajo de las nalgas.
Ella apoyó sus manos en el espejo y a través de este se quedó mirando a él mientras se soltaba el pelo dejándolo caer por encima de su hombro.
Él no lo pensó más y bajó a la misma altura que el pantalón el tanga de ella.
Se bajó un poco los pantalones y los calzocillos dejando que saliera su pene.
Ella apoyó su cabeza en su antebrazo el cuál estaba apoyado sobre el espejo mientras que el otro brazo estaba estirado hacia arriba con la palma de la mano en el espejo.
Ella inclinó un poco la espalda dejando sobresalir el culo. Él introdujo su pene en la vagina de ella y empezó a penetrarla.
Tras unos movimientos lentos el ritmo comenzó a aumentar pero rápidamente tuvieron que disminuir otra vez porque se empezaba a escuchar el choque se sus cuerpos.
Continuaron con penetraciones profundas y lentas tratando de hacer el menor ruido posible.
Ella para evitar que se escucharan sus gemidos empezó a taparse la boca con el antebrazo y él apretaba los dientes para aguantar la respiración.
Ella comenzó a arañar el cristal porque estaba a punto de llegar al clímax mientras que el comenzaba a respirar muy fuerte. Él separó un poco más su cuerpo para penetrar más lento y más fuerte en tres ocasiones acabando mientras ella soltó un pequeño gemido y comenzó a respirar rápidamente mientras él le sacaba el pene.
Mientras se volvían a vestir y recuperaban la respiración escucharon ruido en el probador de enfrente por lo que salieron rápido del probador y se fueron hacia la caja para comprar el pantalón.

Historias de una noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora