Historias de una noche.

Oficina.

Él estaba tecleando en el ordenador de su despacho cuando alguien golpeó la puerta.
Él levantó la vista y vio como entraba ella con dos cafés en la mano.
Se acercó a la mesa para dejar los cafés y cerró la puerta.
En el café de él había pegado un posit. " Cuidado no te quemes los labios"
El cogió el posit y lo pegó en el borde de su ordenador.
Empezaron a charlar mientras tomaban el café. Ese día la oficina estaba medio vacía porque la mayoría de gente estaba de vacaciones ya que se estaba acercando el verano. Ella llevaba un vestido corto que le llegaba hasta unos 20 centímetros antes de la rodilla.
Ella se puso a jugar con un boli, primero empezó a morderlo mientras miraba a él sensualmente.
Después comenzó a moverlo rápidamente y lo dejó caer al suelo.
Él se quedó mirando el boli y ella se agachó para recogerlo delante suya provocando que se le viera la ropa interior.
Sólo que cuando el se fijó ella no llevaba ropa interior, ella aguantó unos segundos en esa postura y él tuvo que aflojarse un poco el nudo de la corbata a la vez que tragaba saliva con los ojos como platos.
Por fin se incorporó y se giró para dejar el móvil sobre la mesa.
Él seguía con los ojos abiertos analizando lo que había visualizado y ella al ver su cara se acercó a las ventanas para bajar las persianas.
Él se quedó mirando desde su silla y vio como ella se acercaba lentamente hacia él.
Llegó hasta el borde de la mesa, cogió el boli con dos dedos para mostrárselo a él y mientras le miraba fijamente abrió los dedos para dejarlo caer al suelo nuevamente
-Uy, se me ha vuelto a caer.-
Ella se agachó para cogerlo y se puso de rodillas.
Gateo hacia él por debajo de la mesa y agarró el cinturón de su pantalón
A continuación se lo quitó y le bajó los pantalones.
Él miró el ordenador y vio el posit, lo que le hizo sonreír mientras sentía como ella agarraba su pene con la mano derecha.
Ella se metió tres dedos en la boca para chupárselos y empezó a restregar la saliva por el pene de él.
Se metió el pene en la boca y empezó a mover el cuello de forma vertical. Él bajó las manos a sus piernas y ella se las agarró para ponerlas en su cabeza.
Él comenzó a acariciar su cabeza mientras ella seguía realizando los movimientos a una velocidad constante. Él se hizo un nudo con el pelo en la mano derecha y comenzó a empujar la cabeza de ella contra su cuerpo.
Ella empezó a atragantarse y esto provocó que aumentara la velocidad.
Se le empezó a salir la saliva la cual aterrizaba en el pubis de él.
Despues de un rato a un ritmo mas acelerado el arrugó los dedos de sus pies y sujeto la cabeza de ella con las dos manos separándola un poco para eyacular en su boca.
Ella con los ojos llorosos salió de debajo de la mesa y él se levantó de la silla para ir hacia ella.
Con el brazo derecho quitó lo que había al borde del escrito y lo empujó hacia dentro.
La agarró por la cintura y la sentó en la mesa.
Arremangó su vestido y se colocó delante de ella
Empezó a buscar en el escritorio y vió el ratón del ordenador, lo agarró y pego un tirón de él para desengancharlo del ordenador.
Usó el cable para atar sus muñecas una a la otra por detrás de su cintura
Le abrió las piernas y le metió el pene de forma brusca.
Ella se dejó caer encima del escritorio apoyando la espalda sobre este.
Él comenzó a penetrar continuamente y en mitad del proceso la agarró del cuello con la mano derecha. Iba aumentando el ritmo y apretando el cuello con un poco mas de intensidad.
Después de un rato en esa posición él agarró sus piernas y se las puso encima de sus hombros.
El escritorio comenzó a moverse hasta el punto que uno de los cafés se derramó y se empezaron a caer los bolígrafos al suelo pero él no quería parar.
Ella estaba suspirando bastante fuerte y él para evitar que alguien la escuchara le tapó la boca con su mano.
Ella llegó al orgasmo pero él no paraba porque aún le faltaba un poco.
Comenzó a acelerar esforzándose al máximo por terminar y por fin culminó con un placentero orgasmo.
Ella se bajó el vestido y salió del despacho como si no hubiera pasado nada mientras él se quedó sentado derrotado en su silla.