8. Jugando con fuego

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Freen comenzó a mover a Becky poco a poco hasta dejarla recostada en la cama, siguió su rastro de besos castos por todo su cuello.
La morena soltaba pequeños suspiros tras los besos que su allegada iba colocando en su cuello.
Estaba disfrutando de cada pequeña rozadura de su cuerpo junto al de Freen.

Fue algo inevitable de parar.
Freen había visitado a la menor nada más el primer canto de los pájaros se hizo presente en la mañana.
Encontrándose con la hermosa morena, pensativa y silenciosa observando la ventana.

Quiso preguntarla, pero no hubo respuesta alguna, Freen quería saber de su estado actual del sueño, si había logrado pegar ojo en toda la noche, aunque eso era algo que ella ya sabía, se seguía preocupando por su hermosa menor.

Sin mediar palabra, Becky se acercó instintivamente hasta la mayor, observando aquellos ojos azabaches que tanto la cautivaron desde que era pequeña.
Freen por otro lado estaba confusa, su actitud había cambiado, no parecía la misma morena de siempre, algo que le preocupó.

Todo sucedió muy rápido, sus labios fueron posados sobre los de Freen en un rápido movimiento, recordando aquella fascinante sensación que sintió ayer, antes de quedarse completamente dormida, porque sí, Becky estaba en aquel estado de letargo, por lo que pudo sentir sus labios tiritar ante aquella sensación.

Fue aumentando de intensidad, quién principalmente mantenía todo en un control insano.
La morena comenzó a desplazar su mano a la cadera de la pelinegra, para comenzar a desprenderse de la ropa, la cual iba sobrando cada vez más.
En ese momento, con ese toque, recordó todas las cosas que ese hombre le hizo, y se sentía sucia por intentar hacer lo mismo, junto a su allegada.
Un sentimiento de culpa la llenó por completo, por lo que puso su mano sobre Freen, y se alejó de aquel beso ardiente.

El rubor de las mejillas de la morena era más que visible, y aunque la pelinegra estuviera igual que ella, no podían seguir con eso, no estaba bien.

-Bec... yo...- susurró la pelinegra, intentando disminuir su agitada respiración, mientras acariciaba la mejilla de la morena.

Ella no sabía que responder, no quería preocuparla, pero estaba teniendo un ataque de pánico de nuevo, todas aquellas imágenes que poco atrás sucedieron, le estaban atormentando y oscureciendo la mente.
Daba gracias de que Freen estuviera para ella en ese momento, pero se sentía inútil, no pudo hacer nada para protegerse, tuvo que ser rescatada por su "caballero" en tal caso su "protectora", como si una princesa en apuros se tratase. Era algo que le daba mucha rabia, y aunque hubiera sido salvada, odiaba ese sentimiento.

-Bec... enserio, ¿qué te pasa?, ¿estás bien?- Su protectora estaba preocupada, ese silencio sabía que significaba algo, y no precisamente bueno.

-S-si... -una voz temblorosa rompió el silencio- sólo... es que estoy realmente cansada, y... quiero descansar- mintió sobre sus verdaderos sentimientos, ella sabía que estaba mal, y que así no conseguiría nada, pero prefería no preocupar a su hermosa hechicera.

Un apéndice de tristeza se observó en el rostro de la pelinehra. Por mucho que lo intentara esconder, quería más, pero también comprendía a la menor, no debía obligarla a hacer cosas de las cuales no estaba preparada.
Odiaba tener que esperar, pero por ella, haría lo que fuera.

-Está bien... -sonrió dulcemente- descansa entonces-
Se retiró de la habitación cerrando su puerta, y a los minutos, escuchó el sonido de la puerta principal cerrándose.

 Becky


Desperté otro día más como todos. Con el único cambio de lo que mi corazón sentía.
Ayer tuve una mezcla de emociones.
Eran tantas que mi cabeza dolía de tan solo pensar, lo más impactante ayer no fue lo de aquel repulsivo hombre.

Almas Gemelas | Freenbecky (+18) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora