9. El mito de los amantes

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FLASHBACK

El caos imperante en el palacio parecía interminable. Solo el emperador de Tailandia conocía la verdad tras la misteriosa desaparición de su hija menor. Sin embargo, prefería mantenerse en la ignorancia y no enfrentar la realidad.

Sabía que su hija había escapado de un atentado, pero no podía evitar sentir una profunda aversión hacia ella, a diferencia de sus otras hijas. Como heredera, era perfecta en todos los aspectos: hermosa, inteligente, astuta y pura en su inocencia.

Su encanto cautivaba a los habitantes del reino, quienes la consideraban su futura prometida. Muchas familias, tanto adineradas como humildes, se presentaban ante el palacio con la esperanza de unir a su hijo con la joven de tez blanquecina y perfecta.

Sus hermanas la adoraban, al igual que su madre y los encargados de su cuidado. La mayor de las hermanas le tenía un cariño especial, ya que, durante los últimos años de vida de su madre, asumió el papel de criar a la pequeña Becky.

Cuando se enteró de la desaparición de su hermana, hizo todo lo posible para encontrarla, mucho más que su propio padre. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano.

Dos años después, encontraron un cadáver que supuestamente pertenecía a su hermana. Fue un golpe devastador para el pueblo, quienes desconocían que aquel cuerpo no era el de la joven.

Habían asesinado a una niña sin hogar y la habían confundido con la joven morena. Durante una semana, el pueblo entero se sumió en el luto por la pérdida de la joven.

La hermana mayor, sumida en un profundo dolor, sufría una depresión post-mortem y creía firmemente que su hermana seguía viva, ya que, al ver el cadáver, supo que no era ella. Sin embargo, sus afirmaciones fueron consideradas delirios y la tildaron de loca. Le apodaron loca e incluso desconfiaban de ella, lo cual en aquella época era mal visto, y fue marginada como la hija "loca y excéntrica" de la dinastía real.

**ACTUALIDAD**

Becky

Estaba llena de emoción. En solo dos días, celebraría mi cumpleaños y alcanzaría los 21 años. No podía contener mi felicidad. Tenía la fortuna de contar con las mejores amigas que uno podría desear, incluida mi protectora. Empezaba a experimentar emociones indescriptibles hacia ella. Cada pequeño momento a su lado se volvía mágico, ya que me brindaba los mejores regalos que podía recibir: su cariño y atención.

Sin embargo, no sabía cuáles eran las verdaderas intenciones de Freen. ¿Realmente buscaba algo serio o simplemente estaba jugando conmigo? No tengo claro lo que quiero tampoco, pero la segunda opción me lastimaría profundamente. No deseo ser el juguete de nadie, utilizado y luego desechado cuando ya no se necesita. Por lo tanto, de cualquier manera que esto se desenvuelva, debo ser cautelosa y actuar con prudencia.

Tras prepararme y vestirme, salí de la cabaña. Para mi sorpresa, Freen estaba esperándome en la puerta. En mi prisa, resbalé y ambas caímos al suelo. Freen estalló en carcajadas, su sonrisa y risa eran tan hermosas que cautivaban a cualquier ser vivo. No pude evitar unirme a su risa mientras ella se levantaba rápidamente y me ayudaba a ponerme de pie. Nuestros rostros quedaron muy cerca, lo cual hizo que mi rostro se sonrojara como si fuera la primera vez que me encontraba en su cercanía.

Ella me observó curiosa, y al poco rato levantó una arqueada ceja.

-¿Estás nerviosa Bec?- me acarició suavemente la mejilla, otro gesto que me hizo sonrojarme aún más.

-Para ya por dios- dije en un tono bastante cortado y nerviosa.

-Que mona estás cuando te sonrojas- me sorprendió robándome un corto y casto beso de mis labios.

Almas Gemelas | Freenbecky (+18) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora