14. La guerrera del sol naciente

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Unos brillos de la cegadora luz del sol se colaron entre las ventanas de la humilde y rústica casa de madera.

Aquellas que habitaban en ella, aún yacían dormidas, una gran verdad se había forjado aquella noche, en la que ambas habían fortalecido aquella "relación" entre ambas, fortaleciéndose para que nunca se rompiera.

Ambas habían mostrado sus verdaderos sentimientos y, ya nadie podría separarlas, se amaban tal y como eran, aún con imperfecciones, su amor jamás se rompería, Freen lo tenía asegurado, estaba más que enamorada de la morena, aun sabiendo que ella estaba dubitativa hacia la pelinegra con sus sentimientos, lograría convencerla y, haría lo que fuera para estar con ella.

Unos ojos oscuros vacilaron por unos segundos, mientras se acomodaban a aquella luz intensa.
La joven despertó tras una gran noche de pasión, por lo que estaba agotada, pero su energía se recargó, al ver a la morena a su lado, ambas estaban sin ropa, por lo que lo único que las tapaba era la sábana de la cama.

Freen observó con cariño a la hermosa dama que cautivaba su alma, aún dormida estaba realmente hermosa y, poco a poco su corazón volvió a agitarse.
Amaba cada parte e imperfección del cuerpo de la menor, aún sin creer que ayer pudo tocar todo aquello que ella quiso, parecía estar viviendo en un sueño.

La morena comenzó a agitarse poco a poco, entrando al mundo real, parecía estar despertando.
Para una mayor efectividad, la pelinegra se acercó, para besar suavemente los labios de la hermosa joven y, a continuación, mordió con cuidado su cuello para despertarla.

Las cosquillas y los mordiscos despertaron entre carcajadas a Becky.
Su vista se acomodó a la repentina cantidad de luz, que sus párpados cerrados no visualizaban.
La imagen se enfocó, derritiendo su corazón.
Una bella pelinegra de brillantes ojos oscuros estaba observándola detenidamente.

Una sonrisa se dibujó en sus labios, aunque en el momento que se fijó en la desnudez de ambas, un color carmesí inundó sus mejillas.

-Buenos días dormilona, ¿cómo se encuentra mi morena favorita?- la voz melosa de la pelinegra derritió a la menor.

-Bien... si es a tu lado estoy genial, no hay mejor forma de despertar- una risa nerviosa salió de la morena, acto que la pelinegra aprovechó para besar su mejilla y abrazarla.

El roce de ambas pieles causó un escalofrío de ambas, pero estaban cuanto mejor se podría, sentían el calor de su cálido cuerpo en esa mañana tan fría de diciembre.

Aunque, una pregunta no hacía más que formularse en la mente de la jovenzuela, ¿qué eran?

Habían realizado todo lo que hacían las parejas "normales", se habían besado, abrazado, confesado y habían tenido relaciones, de igual manera, todo con Freen era más complicado, puesto que nunca mostró la intención de subir un escalón más.

Se mostró pensativa por unos cuantos minutos, algo que Freen se fijó desde el primer momento.

-¿Todo bien?- un signo de preocupación se mostró en la pelinegra.

-Mmm, si, era sólo una cuestión tonta- sus mejillas se enrojecieron.

-Venga dímelo, si te ha tenido en vela durante minutos, algo tiene que ser- Una suave caricia mostró a la morena el cariño que le tenía la pelinegra.

-¿Qué somos Cham? Porque... después de lo de ayer...- Comentó la morena cuestionando a la pelinegra.

Un silencio acomplejó a Freen, no era ni mucho menos incómodo.
Ella realmente no sabía lo que eran, por supuesto que quería que fuera su pareja, había soñado con aquello durante meses, pero no sabía que era lo que quería la morena, aún seguía sin creerse que le dijese que la quería.

Almas Gemelas | Freenbecky (+18) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora