17. ¿Confías en mí?

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El galope de caballo aumentó a medida que sentía sus galopes de los caballos externos de aquellos hombres que sorprendentemente quedaron fuera del K.O, y que ahora mismo nos estaban persiguiendo.

Debía pelear, pero mis nudillos ardían cómo mil demonios y mi katana estaba a poco de partirse por la mitad, por lo que pensé que la mejor idea era escapar de aquellos tipos, utilizando algún tipo de truco para perderlos de vista.

Una gran idea se me vino a la mente, tras visualizar un doble camino con grandes baches y curvas. Mi especialidad al igual que la katana, era el arco, pero estando en esta situación, me era muy difícil manejar un caballo, proteger a Irin y disparar a aquellos hombres, por lo que no tuve otra que revelar mi identidad.

-Señorita Urassaya, necesito que dirija usted el caballo- comenté aun tratando de esconder mi voz, en una más varonil.

-¿Y-yo?- preguntó con un tono nervioso.- H-hace mucho que no monto a caballo, y-yo no creo que pueda...- su cuerpo se tensó al lado del mío.

De un sólo movimiento, tomé la vandolera que tapaba mi rostro, visualizando a mi allegada que justo estaba detrás de mí.

-Irin, sé que tienes miedo, yo también tengo miedo, pero sé que puedes- sonreí al ver su expresión sorprendida al verme.

-¡¿Mon?!- exclamó con un rostro totalmente asombrado.- ¿Qué... haces... cómo, en qué momento...?- acallé sus peticiones.

-Irin habrá todo el tiempo de explicaciones, porfavor, hazme este favor- insistí ya tomada de tiempo.

Asintió de forma no muy segura de sí misma, y de un movimiento rápido cambiamos las posiciones, ella tomó las riendas del caballo y yo me posicioné atrás junto a mí arco y las flechas.

-Intenta no hacer giros muy bruscos que no podré disparar bien, aunque si es necesario, hazlo, veré cómo me las apaño- suscité comenzando a tensar la cuerda de mi arco.

-Vale...- escuché su confirmación justo detrás de mí, por lo que comencé a disparar a diestro y siniestro.

Mis fechas iban directas a los cuerpos de aquellos que más cercan estaban de nuestra posición, intentando en todos los casos no dañar a aquellos caballos, no me perdonaría hacer daño a un animal, nunca lo hice y no lo haría.

Varias flechas fueron suficientes para tumbar a todo aquel que estaba detrás nuestro, tras varios minutos, logramos despistarlos, quedando en una zona escondida bajo unas zarzas.

-¿Estás bien Irin?- pregunté asustada, ya que no sabía si algo malo le podría haber sucedido.

-Si... Por suerte no me tocaron ni un pelo, fue un milagro que llegaras...- bebió grandes cantidades de agua que traía en una botella.

-Yo... Puedo explicártelo Irin- tomé mi cabello que estaba recogido, para quitar aquella goma que sujetaba el pelo.

-Debes explicarme que es todo esto... ¿Eres aquel muchacho que salvó al pueblo aquel día?- susurró intentando que nadie escuchase, aún sabiendo que estábamos solas.

-Si... Fui yo aquella que derribó a todos esos bárbaros que entraron en la ciudad- mis nervios fueron en aumento.

Asintió, mostrando interés del resto de la historia.

-Freen desde bien pequeña me enseñó artes marciales para protegerme por si algo sucedía, aún sin saber qué acabaría siendo la heroína bajo el seudónimo de un enmascarado- reímos al mismo tiempo.

-¿Por qué querría Freen que entrenases de esa forma?- preguntó curiosa.

-Por si en un futuro ella no estuviera conmigo, para poder valerme por mí misma... Ya sabes lo sobreprotectora que puede llegar a ser, entonces desde que sucedió lo de mis padres, ella no dudó un segundo en entrenarme a base de duras y estrictas bases- recuperamos aquella fuerza que habíamos perdido, y comenzamos a galopar hacia el pueblo.

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⏰ Última actualización: Jul 06, 2023 ⏰

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Almas Gemelas | Freenbecky (+18) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora