Freen volvió a quedarse sola, como habitualmente era, la mente de la joven Becky le causaba demasiada confusión.
Le besaba con ganas, pensando que podrían sentir lo mismo, pero siempre se alejaba de ella con miedo, le irritaba no poder solucionarlo, más le irritaba no poder bajar su calentón estúpido que ella misma había causado.Becky corrió como pudo al pueblo, se sentía tan estúpida, no sabía que sentía, ni sabía que hacer en estos casos, quería seguir, su corazón se lo decía, pero su mente no dejaba de correr, algo que le causaba mucha fatiga y rabia.
Sabía que contarle todo esto a Irin le ayudaría, pero estaba cansada de siempre acudir a sus amigas, se sentía inútil de no poder remediar sus propios problemas por sí misma, por lo que se sentó en la entrada de la ciudad y, comenzó a pensar.
Típicas preguntas vinieron a su mente.¿Le gustaba Freen?, no lo sabía realmente, pero cada vez que se acercaba a ella un hormigueo en su estómago comenzaba, aquellas supuestas mariposas que Irin decía sentir por Noey, sentía que era lo mismo.
Cada vez que la veía su corazón también se aceleraba y, no podía hacer más que esperar sus labios, juntados por cualquier minimaleza.
Pensaba en alguna otra mujer u hombre, pero no sentía lo mismo ni mucho menos, Freen le hacía sentir todo eso, esa reflexión le hizo ver que estaba en lo correcto, le gustaba Freen, y más de lo que imaginaba.Freen no pudo aguantar más presión, debía distraer su mente, o más bien su cuerpo, si no se desquiciaria.
El agua caliente se escurría por el cuerpo de la azabache, la ducha era una buena idea, aunque recordaba cada momento exacto en el que la morena mordía y besaba sus rosados e inflamados labios.
¿Por qué tuvo que parar Becky en ese momento?
¿Por qué tuvo que dejarle con las ganas?Había intentado embaucar a la joven morena, puesto que a Freen le atraía demasiado, y no evitaba el volverse loca nada más la veía.
Cada movimientos de sus finos y esbeltos dedos sobre su cabello, o cuando mordía sus labios cuando se encontraba intranquila.Le prendía demasiado, nunca jamás en su vida se había sentido tan ansiosa por poder tocar el cuerpo de otra persona.
Entendía la situación por la que había pasado la joven, pero no podía evitar el querer tenerla sólo para ella, y poder hacerle cualquier locura que su mente imaginaba.El agua caliente de la ducha comenzó a prenderla, además de tener pensamientos impuros, tenía la necesidad de parar esos pensamientos, pero no podía, imaginaba la desnudez de su amada, los pensamientos no cesaban.
Recogió el agua caliente con su caldero y se lo esparció por todo su cuerpo, el simple roce del agua tocando su esbelto cuerpo, le descolocó aún más.
Su mano no pudo aguantar más, y comenzó a moverse en dirección a sus pechos.
Comenzó a masajearlos, imaginando a la morena haciéndolo.Su otra mano se dirigió a su centro húmedo, masajeándolo al igual que su otra mano, se estimuló su botón de placer para una mayor explotación de todos sus sentidos.
Suspiros y gemidos salían de su boca, pero no iba a callarse, le daba igual si la joven la escuchaba, quería que lo escuchara, quería que ella supiera que esto era lo que producía en su cuerpo.
Metió un dedo dentro de ella, el cambio radical del frío de sus dedos le impulsó su interior, haciéndole suspirar y gemir aún más alto, metió 2 y hasta 3 dedos en su interior.
-B...Becky- trató de no sonar lo más necesitada, pero imaginarse a su menor acariciando esa zona, le complicaba su propósito.
Sentía que iba a llegar a su mayor clímax, deseaba tanto realizar maldades con la morena que su mente divagaba.
Su respiración comenzaba a fallar, a tal punto de sentirse en un mundo completamente externo a ella.
"Dios santo" pensó. Iba a enloquecer si seguía.
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Almas Gemelas | Freenbecky (+18) [PAUSADA]
RomanceDurante la época Joseon, un periodo caracterizado por la agitación política y el conflicto entre facciones radicales y políticas, la nación se sumió en la incertidumbre. En medio de este escenario tumultuoso, la princesa Rebecca Patricia, conocida...