The Rains of Castamere.

2.3K 130 29
                                    

Robb Stark.

-No me casaré hasta que la batalla termine- Volví a repetirle a mi madre

-Walder Frey ya no quiere seguir esperando- Dijo -Haz cruzado su puente, debes cumplir tu promesa-

-La promesa fue casarme una vez que la batalla finalizara- Dije dándole la espalda 

-No es un hombre que mantiene su confianza en las promesas- Negó nuevamente -Debes conocerla-

-No lo deseo, madre- Me negué 

-Sé que crees saber como es ella...-

-Lo sé- La interrumpí volviendo a mirarla -No deseo casarme con una hija de Walder Frey-

-La joven es hermosa- Soltó -Más de lo que podrías imaginarte, ni siquiera notarás que es hija de lord Frey-

Solté un suspiro mientras caminaba lejos de ella para ir hacia donde estaban los caballos, sentía como sus desesperadas pisadas venían tras de mi.

-No digas nada, madre- Le pedí -Cumpliré con mi deber, de mala gana, pero lo haré-

-Quizá en un futuro te sorprenda- Mencionó

-Solo espero que no estés equivocada- La miré antes de montar uno de los caballos 

Junto a los guardias y mi madre cabalgamos hasta el castillo de lord Walder Frey, una vez que llegamos allí fuimos recibidos con comodidades y atención, nos llevaron hasta dentro del salón donde Frey se sentaba en su trono mientras sus hijos e hijas lo rodeaban, esperaba que ninguna de ellas fuera con la que me casaría y por alguna razón creía que la mantenía escondida en alguna parte para que no la viera, algo iluso, pero prefería pensar en eso que adivinar con cual de todas ellas me casaría.

-Mis honorables invitados- Comenzó lord Frey observandonos -Sean bienvenidos a mi hogar y mi mesa. Les brindo mi hospitalidad y protección a la luz de los Siete-

-Agradecemos su hospitalidad, milord- Agradecí -He venido a disculparme, milord, lo he hecho esperar-

-No me lo ruegue a mí, su majestad. No me hizo esperar a mí, sino a mi hija- Dijo, hizo una seña y entre todas sus hijas se posó una en particular frente a mí -Esta es mi hija Alysanne-

Mis ojos quedaron cautivados desde el momento en que la vi, me paralice al ver su pequeña sonrisa y sus ojos lilas llamaron mi atención, solo había un linaje en particular que los llevaba, su cabello era tan claro como la miel y su rostro parecía tallado a la perfección.

-Su majestad- Dijo haciendo una reverencia

Me acerqué un poco más a ella y tomé su mano, planté un beso en ésta mientras seguía observándola pasmado ante su belleza, sus mejillas se enrojecieron y su sonrisa se amplió un poco más.

-La niña es una bastarda- Admitió lord Frey llamando mi atención -Nisiquiera recuerdo quien era su madre, le di mi apellido para no ser una vergüenza a nuestra familia-

-No veo el motivo de que la considere una vergüenza, milord- Admiti aún mirándola 

-Me alegra que mi hija lo haya cautivado, su majestad- Dijo, lo miré -Almenos sé que estará en buenas manos- Dijo esto mirando a sus demás hijas, como si estas fueran responsables de algo 

-Si no le ofende, milord- Comencé -Deseo que la ceremonia se lleve a cabo lo antes posible-

Sentí aquellos ojos lilas mirándome, no pude resistirme a volver a mirarla, brillaban como un cielo lleno de estrellas, como si no se esperaba que fuera a aceptarla.

-Muy bien- Lord Frey se puso de pie -Podremos tiendas de campaña con comida y cerveza para todos ustedes mientras se organizan los preparativos-

-Gracias, milord- Asentí con una sonrisa 

The Prince Who Was PromisedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora