Book of the Stranger.

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Rhaenys Targaryen.

Mis pesadillas volvieron a despertarme en medio de la noche, mi habitación estaba oscura y lo único que podía escuchar era el crepitar de las llamas en la chimenea, Robb no estaba junto a mí, lo cual me pareció extraño. Cuando oí un ruido detrás de mí, mi cuerpo se desesperó, me senté en la cama con brusquedad y con mi corazón comenzando a acelerarse, cuando noté que mi peine se había caído de la mesa que estaba a un extremo de la habitación me tranquilice.

Me puse de pie sintiendo la calidez del suelo, me acerqué a este y lo tomé volviéndolo a colocar en la mesa, antes de que pudiera girarme sentí una mano tapar mi boca y mi corazón volvió a acelerarse, trate de gritar lo más fuerte que pude hasta que sentí algo frío colocarse en mi cuello, el aroma a menta llegó a mi nariz y pude recordarlo con claridad.

-Sh, sh, sh- Lo escuché susurrar -No me hagas hacer algo que no quiero hacer-

Cuando oí su voz creí que estaba soñando, creí que simplemente era una pesadilla más, estaba decidida a pellizcar mi brazo para despertarme, pero el filo en mi cuello se sentía demasiado real.

-Voy a quitarte la mano de la boca, y si gritas, cortaré tu cuello- Amenazó

Su mano bajó hasta mi cintura con lentitud, estaba quieta en mi lugar, ni siquiera pude moverme o decir algo, cuando me di la vuelta lo vi, estaba de pie frente a mí con una sonrisa en su rostro y una daga en su mano, mis ojos se cristalizaron y mis manos temblaron.

-Ramsay- Susurre

-Espero que me hayas extrañado- Dijo, sacó una tela de su bolsillo y me tapó la boca con ella, haciendo un nudo detrás de mi cabeza -Porque yo sí lo hice- Acarició mi mejilla, mi respiración se aceleraba mientras trataba de verme fuerte -Te ves hermosa, realmente hermosa-

Volvió a posar sus manos en mi cintura para girarme con brusquedad, apoyó mi cuerpo contra la fría pared, él se acercó a mí y mientras ataba mis manos dejó un beso en mi cuello, cerré mis ojos sabiendo que acabaría mal nuevamente.

-Muy bien- Tomó mi cintura -Vamonos-

Comencé a caminar, mis pies se movían a su ritmo y no supe qué más hacer, estaba pasmada y el miedo me consumía, abrió la puerta de mi habitación y creí que eso podría salvarme, pero cuando vi a Dorian en el suelo inconsciente quise gritar.

-Tranquila, está bien- Le restó importancia mientras caminábamos hacia las puertas, a cada paso que dábamos había guardias inconscientes y algunos heridos en el suelo -Tuve que tomar precauciones antes de entrar en tu cuarto-

Cuando vi que salimos de Winterfell comencé a imaginarme lo peor, sus amenazas eran claras, pero jamás creí que se atrevería a hacer lo que estaba haciendo, a lo lejos observé un caballo negro, Ramsey sonrió cuando lo vio tan cerca y siguió caminando hacia él, cuando llegamos se paró frente a mí y sus manos volvieron a mi cintura.

-Hora de irnos, amor- Dijo

Dejó un beso en mi mejilla y me subió al caballo, no entendía cómo no me caí en ese momento, con mi cuerpo rígido y mis manos atadas, él se subió detrás de mí y tomó la correa del caballo comenzando a cabalgar, alejándome de mi hogar.

Robb Stark.

Firmaba algunos pergaminos en mi cuarto cuando oí un golpe desesperado en mi puerta, uno de los guardias entró con rapidez, su reparación era acelerada y se notaba preocupado.

-Su majestad, algo ocurrió en la noche- Informó -La reina no está en su habitación-

Me puse de pie con rapidez, comencé a caminar por el castillo y observé a algunos de mis guardias en el suelo comenzando a despertarse mientras tocaban su cabeza.

The Prince Who Was PromisedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora