The House of Black and White.

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Jaime Lannister.

Entre a la habitación de Cersei y pude verla sentada en su escritorio, su mirada acusadora estaba sobre mi y aún no sabia el por que de su llamado, pero algo me decía que no era nada bueno.

-¿La reina me llamo?- Dije acercándome hasta estar frente a su escritorio

Pude notar una caja sobre la mesa, Cersei la miro para luego mirarme a mí, acerque mi mano hacia la pequeña manija que tenía arriba y saque la tapa dejando que sus paredes cayeran revelando a una serpiente falsa, su color era rojo y su boca estaba abierta mostrando sus afilados colmillos, de su boca sobresalía una cadena, una cadena que reconocí apenas verla.

-Solo hay dos en el mundo- Mencionó Cersei cuando tomé el collar -El que llevo yo y el que le di a Myrcella-

-Es una amenaza- Afirme 

-Claro que es una amenaza- Dijo apretando sus dientes -Nuestra hija está sola en Dorne rodeada de personas que odian a nuestra familia. "Es una amenaza"- Repitió 

-¿Y la nota?- Pregunté al notar un papel junto a la serpiente 

-Nos culpan por la muerte de Oberyn y su hermana, y cualquier otra tragedia que ha sufrido su maldito país- Respondió con rabia y se puso de pie -Quemaré sus ciudades si se atreven a tocarla-

-Baja la voz- Pedi 

-¿Que?-

-No tan alto- Dije 

-¿Nuestra hija está en peligro y te preocupa que hablo demasiado alto?- Pareció gritar 

-Nadie puede saber que es nuestra hija- Susurre 

-Entonces no la llames hija, nunca has sido un padre para ella- Negó -Cuando debiste hacerlo solo desaparecias de la Capital vaya a saber donde-

-Si fuera padre de mis hijos, los apedrearían en las calles- Recorde 

-¿Y que ha traído tu cuidado?- Continuo -Nuestro hijo mayor asesinado en su boda, nuestra única hija enviada a Dorne, nuestro pequeño hijo se casara con esa puta engreída de Highgarden- Volvió a sentarse 

-Voy a arreglar las cosas- Prometi 

-Nunca has arreglado nada- Soltó 

-Voy a ir a Dorne y traeré a nuestra hija de vuelta- Asegure 

-¿No puedes solo pedirle al príncipe Doran que la devuelva?- Preguntó con ira -Es la prometida de su hijo-

-No voy a pedirle nada- Me negué 

-Si vas con un ejército, es un acto de guerra- Recordó 

-Sin ejército- Dije -¿Sabes donde la tienen?-

-Oberyn mencionó los Jardines Acuáticos- Respondió 

-La encontraré- Asenti -¿Hay algo más, su majestad?-

Ella soltó una risa; -¿Iras a Dorne? ¿Un hombre con una mano? ¿Solo?-

-Jámas dije que iría solo- Solte 

Me di la vuelta y comencé a caminar hacia la puerta.

-Jaime- Oí su voz, me gire para observarla -¿Dónde ibas cuando en realidad debías estar aquí, con tus hijos y conmigo?-

Entonces la recordé, recordé su cabello platinado y sus ojos lilas que me miraban desde que era una bebé, su delicada voz que cada tanto me decia "papa", su pequeña risa que se desvaneció cuando la oí sollozar mientras me alejaba de Walder Frey, el tormento que sintió y la culpa que me consumió todos estos años, la recordé pensando en cuanto habría crecido, intente imaginar cómo era su apariencia ahora, y estaba seguro que era la más hermosa de Westeros.

The Prince Who Was PromisedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora