The Door.

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Rhaenys Targaryen.

-¿Qué hiciste con el hermano de Robb?- Pregunté observando hacia Winterfell

-Por más que estés parada ahí, tu esposo no te verá, no está en Winterfell- Negó, me giré para observarlo confundida -Está en el Castillo Negro- Se llevó un pedazo de manzana a la boca

-No estás respondiendo mi pregunta- Dije 

-No estoy obligado a responder- Se encogió de hombros 

-¿Sabes que no ganarás esta guerra, verdad?- Insistí -Robb tiene apoyo-

-No lo creo- Negó con una sonrisa -Sus hombres en la Guerra de los Cinco Reyes fue por sus aliados, tiene menos que en ese entonces, los Karstarks, por ejemplo...-

-Deja de hablar, Ramsay- Lo interrumpí, él me miró -Eres lo único que oigo y no te soporto-

-Puedo enviarte con tus hermanos denuevo- Sonrió, no respondí -Ah sí, tu padre y yo seguimos siendo aliados-

-Walder Frey no es mi padre- Lo corregi con enojo -Y esos malditos no son mis hermanos-

-Lord Frey te ha protegido desde que llegaste a su hogar, jamás reveló tú secreto, excepto a mi padre- Confesó, mis ojos se abrieron -¿Crees que Roose Bolton casaría a su hijo bastardo con otra bastarda?-

-No ganarían nada conmigo, no soy la heredera al Trono, Viserys lo fue, y ahora lo es Daenerys- Recorde 

-Nosotros haríamos que lo fueras- Dijo, lo miré con atención mientras dejaba su manzana a un lado -Si nos casábamos, mi padre revelaría tú identidad, enviaría a sus mejores hombres a asesinar a tus hermanos, lucharía por el trono y te sentaría en él como una reina, y un Bolton como tu rey consorte- Se señaló a sí mismo -Un gran sueño-

-No deseo el trono- Solté -Esa cosa destruyó a mi familia...-

-No- Me interrumpió -Tu hermano Rhaegar destruyó a tu familia...-

-Di otra cosa y te voy a...-

-¿A qué?- Se puso de pie intimidándome -Llevas amenazándome desde que te traje aquí, quiero saber lo que harás-

Solté una risita; -Voy a disfrutar cuando Robb te corte la cabeza-

Él se adelantó hacia mí y me tomó por la nuca con brusquedad, me miró con enojo y rencor, su labio inferior temblaba y sus ojos se abrieron mirándome.

-Te crees muy valiente- Asintió 

-Quisiera ver cuán valiente eres tu cuando tengas a Robb Stark frente a ti con un ejército más grande que el tuyo- Solté

-He soportado tus palabras este tiempo, no puedo lastimarte y eso es lo que me molesta- Apretó más su mano alrededor de mi nuca -Pero si puedo hacer una cosa- Miró mis labios relamiéndose los suyos 

-Si te atreves a tocarme...-

-¿Qué harás? No está tú esposo para defenderte- Se burló 

-No necesito que nadie me defienda- Negué 

-Yo creo que sí- Afirmó sacando su daga y colocando la punta en mi cuello, acercó su rostro al mío -Voy a cogerte- Soltó, un escalofrío se esparció por mi cuerpo -Voy a cogerte las veces que se me dé la gana, acabaste con mi paciencia-

-¿Ese eras tú con paciencia?- Solté un suspiro 

Mordió su labio inferior y aún con su mano en mi nuca me guió hasta la habitación donde me lanzó a la cama, se sacó su camisa, cuando me quise poner de pie él se adelantó señalándome con su daga.

The Prince Who Was PromisedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora