The children.

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Rhaenys Targaryen.

Pasaba por la sala de Juntas cuando oí una voz en particular que había llamado mi atención, no porque ya la hubiera escuchado, si no porque nunca la había oído en Winterfell, luego habló Robb, parecía sonar indeciso como si aquel hombre le hubiera pedido algo grande.

Abrí un poco la puerta, un hombre me daba la espalda, estaba todo vestido de negro, Robb estaba frente a él, pareció darse cuenta de mi presencia y me miró, asintió con una sonrisa y pase a la habitación, el hombre misterioso se dio la vuelta y no me costó reconocer quien era, las voces hablaban, y las historias se esparcían.

-Jon Snow- Pronuncie

-Lo siento, no tengo el placer- Dijo algo sorprendido

Observe que Robb estiró su mano hacia mi, me acerque a él y tomó mi cintura mientras yo colocaba una mano en su pecho, mire a Jon con una sonrisa mientras él seguía mirándome algo sorprendido, como si intentara descifrar que yo era real, que realmente tenía una mujer con rasgos Targaryen frente a él.

-Rhaenys Targaryen, mi esposa- Presentó Robb

-Supongo que me quede en el tiempo- Mencionó Jon tomando mi mano y plantando un beso en ella -Creo recordar la noticia de que te casaste con una Frey-

-Es una larga historia- Asenti -¿Que te trae devuelta a Winterfell?-

-Los Salvajes atacaron el Castillo Negro en la noche- Explicó -Acabaron con la mayoria de mis hombres, vine para saber si Robb tendría algunos para enviar-

-Stannis Baratheon se presentó ante el Muro- Dijo Robb mirándome 

-¿Crees que vendrá a Winterfell?- Pregunte 

-Si es asi, debo ocultarte- Respondió 

-Stannis no hará nada contra mío- Negué -Sería un cobarde-

-Stannis no vendrá a Winterfell- Aseguró Jon sentándose

-¿Por que estas tan seguro?- Preguntó Robb sentandose frente a él

Me acerque a una de las ventanas de la sala, aun escuchando su conversación, Stannis no se atrevería a venir a Winterfell, ni a cuestionar el reinado de Robb en el Norte, su ejército era pequeño a comparacion de el de Robb, además lo que él buscaba era aliados, no enemigos que pudieran cuestionarlo cuando por fin tome el Trono, lo cual lo veía demasiado lejano.

El clima en Winterfell era horrible, había dejado de nevar pero aun la nieve del día anterior seguía cubriendo los patios, el cielo estaba de un color gris amenazando con traer una tormenta al Norte, ya podían comenzar a notarse las pequeñas gotas de agua que caían en las ventanas sabiendo que muy pronto serían cada vez mayores.

-Esto es demasiado confuso- Oí susurrar a Jon, sentía la mirada de ambos sobre mi 

-Dimelo a mi, hay dias que no recuerdo tener una Targaryen como esposa- Dijo Robb en el mismo tono

-Acostumbrate entonces- Solté dándome la vuelta para mirarlos, Robb soltó una pequeña risa -Puedo acompañar a Jon hasta los calabozos, tenemos hombres que podrían ser de ayuda-

-Me parece bien, ademas podran comenzar a conocerse- Asintió Robb poniéndose de pie, Jon lo imito -Ante cualquier emergencia sabes que las puertas de Winterfell están abiertas-

-Gracias, su majestad-

-No es necesario- Negó mi esposo 

Ambos se sonrieron con nostalgia, se acercaron para abrazarse, parecían no querer volver a separarse, Robb le dio unas palmadas en la espalda de Jon y se separaron, aun sin dejar de mirarse y con una sonrisa en sus rostros.

The Prince Who Was PromisedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora