The Dance of Dragons.

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Jon Snow.

Observé las puertas del Muro frente a mí, la nieve comenzaba a cubrir el camino y después del horripilante suceso en Casa Austera mi cuerpo seguía temblando, la presencia de los Caminantes Blancos aclaró las dudas del Pueblo Libre, ahora sabían que no mentía, sabían que nos enfrentamos a un enemigo mayor, y que el Rey de la Noche esta cada vez más cerca.

Las puertas se abrieron cuando estuve frente a ellas, mis hermanos me miraron desde encima del Muro algo indecisos, comenzamos a caminar por el túnel hasta llegar dentro del Castillo Negro, mis hermanos ya me esperaban allí, me acerqué a Sam quién me abrazó y me miró con confianza.

-Fue un fracaso- Dije

-No lo fue- Negó

-Fui a salvarlos, falle- Asentí

-No le fallaste a él- Miró a uno de ellos que caminaban hacía dentro del castillo -O a él, o a ella- Siguió -Cada uno de ellos está vivo gracias a ti y a nadie más-

-No creo que ellos lo aprecien- Negué observando a mis compañeros, algunos mantenían rostros enojados y decepcionados

Vimos entrar al gigante, muchos de mis hermanos se intimidaron y retrocedieron algunos pasos, éste me miró y asintió ligeramente con su rostro triste. A lo lejos pude ver a Olly, había salido de una habitación y observaba al pueblo libre entrar con un rostro preocupado, sonreí hacia él pero se alejó del lugar sin siquiera devolverme la sonrisa.

Luego sentí a Sam desaperecer de mi lado, me giré y noté que ser Alliser se acercaba a mí, así que volví mi vista a las personas que seguían entrando.

-Tienes un buen corazón, Jon Snow- Mencionó a mi lado -Hará que nos maten a todos-

Observé como se alejaba de mí, sentía miradas de desprecio a cada parte que me giraba, eso me hacía pensar, pero ya no podía cambiar mi acción, y tampoco deseaba hacerlo, solo quería que los demas entendieran que esto era necesario, para ellos y para nosotros mismos.

Dorian Martell.

Observé a Jaime Lannister entrar al salón donde estabamos, Myrcella y Trystane estaban a mi lado, Ellaria estaba frente a mí también sentada y mi hermano estaba en medio de ambos sofás, mantenía mis dedos golpeando con suavidad la mesa dando a entender mi aburrimiento.

-Príncipe Doran- Saludó Jaime con una reverencia

-Perdonenos- Dijo mi hermano -Empezamos sin usted- Hizo referencia al desayuno -Por favor, tome asiento-

Jaime se acercó al sofá donde estaba sentada Ellaria, antes de sentarse observó a su hija.

-Princesa Myrcella-

-Tío- Asintió esta

-Que bello vestido- Mencionó Jaime

-¿No te gusta?-

-Debes tener frío-

-No lo creo- Dije llevándome su atención -El clima de Dorne es más cálido, mucho más que en el Norte-

-Príncipe Dorian- Saludó, lo miré serio -Príncipe Trystane- Miró a mi sobrino y tomó asiento -¿Y su mentón?-

-Una picadura- Le restó importancia

-¿Qué haces en Dorne?- Preguntó Ellaria

-Velar por la seguridad de mi sobrina, la princesa- Respondió, solté una pequeña risa

-Y en vez de enviar un cuervo o hablarme directamente, ¿decidio entrar a mi país en secreto y raptar a nuestra invitada?- Cuestionó Doran

-Recibimos un mensaje con amenzas- Soltó -El collar de la princesa en fauces de una víbora- Miró a Ellaria

The Prince Who Was PromisedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora