Crazy Underboss

12

—Un gusto al fin conocerlo señor Hwang. —Dijo el hombre mientras le extendía una mano en forma de saludo.

—El gusto es mío. —Hyunjin se limitó a hacer una ligera reverencia con la cabeza ignorando la mano del contrario.

Felix sentía una vibra extraña en ese lugar. Los guardaespaldas de aquel hombre no paran se hablar a través de sus micrófonos que traían en sus oídos.

—Seamos claros señor Hwang —dicho esto más hombres entraron a la pequeña habitación y los rodearon —no busco dinero. Quiero poder.

—No comprendo el objetivo de esto. —Hyunjin seguí serio, nada perturbaba su mirada fría y relajada ante cualquier situación.

—No puedo dejarlo ir, su muerte me traería mucho reconocimiento. Gente importante quiere verlo vajo tierra. Aunque... —el hombre le dio una rápida mirada a Felix —podemos llegar a un acuerdo.

Hyunjin entendió las intenciones del hombre y arrugó el entrecejo en una clara forma de molestia. Nadie toca lo que es suyo.

—Yong-bok, haz tu trabajo.

Felix no espero ni dos segundos para que Hyunjin terminará de hablar cuando ya estaba por los aires lanzando patadas y golpes a todos los hombres que los rodeaban. Hyunjin estaba tranquilamente sentado hasta que se dio cuenta de que su mejor hombre no estaba a su lado.

—Yong-bok, busca a I.N! —Un escalofrío recorrió a Felix por todo su cuerpo. No se dio cuenta en que momento I.N había desparecido. La preocupación lo invadió, no sabía que cosas le podría hacer ese hombre a su compañero. Pateó la puerta de la habitación para salir corriendo en busca de Jeongin, vio que a lo lejos forcejeaba por liberarse del agarre de un hombre de más de dos metros de altura. Felix saco su arma que traía a un costado de su cinturón y disparo al hombre directo a la cabeza con una precisión pulcra.
El hombre calló al suelo y Jeongin salió corriendo hacia donde estaba Felix. Este lo abrazo con todas sus fuerzas, sorprendiendo al menor pero aceptando el abrazo de su mayor.

—Tenemos que volver por el jefe. —dijo Felix recordando que dejo a Hyunjin solo. Ambos corrieron al lugar de donde venían, con la adrenalina al mil. Jeongin estaba preocupado por su queridisimo jefe, mientras Felix disfrutaba de la acción, la adrenalina qué corría por su sangre lo hacía sentir extasiado. No podría estar disfrutando más de su día.

Encontraron a su jefe tranquilamente  sentado tomando té, rodeado de cuerpos sin vida. Al parecer alguien es más fuerte de lo que aparenta.