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El camino de regreso a la mansión Hwang fue bastante incómodo. Jeongin estaba avergonzado por haber sido salvado por Yong-bok pero a la vez se sentía muy agradecido con su hyung. Hyunjin estaba molesto, emanaba una vibra que aterraba a cualquiera que estuviera cerca y desgraciadamente Felix estaba a su lado.

—Hemos llegado señor. —Dijo Jeongin mientras se bajaba del auto para abrirle la puerta a... ¿Yong-bok? Ok, esto sí que es raro.

—¿Gracias? Supongo. —Felix salió del auto y se olvido de que su jefe seguía dentro. Jeongin le dio un leve golpe con el codo para que reaccionara. Cuando esté se dio cuenta volteo a ver a su jefe quien lo veía con una expresión desaprobatoria. Eso éxito de sobremanera a Felix, era todo un sádico. Corrió a abrir la puerta del otro lado del auto para que su jefe bajara.

—Bien hecho, Lee. —dijo Hyunjin.

Y ahí estaba. Lo que Felix nunca espero que necesitará. Palabras aprobatorias. Sintió más que excitación, sintió un enorme placer recorrer todo su cuerpo hasta la punta de sus dedos.

—Todos regresen al trabajo. Yong-bok, tú sígueme.

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