El arte era tanto su modo de expresión, su mundo interno, como su propia jaula. Aquellas pinturas podían tener colores vivos, pero con el tiempo se habían ido marchitando.
Ya no lo hacía por ella; lo hacía por obligación.
Pero aquella cueva y ese ho...
No entendía realmente el poder que tenía ______ sobre él. Hacía menos de una hora le había dicho "no" y, apenas llegaron al pueblo y ella volvió a sacar el tema, acabó diciendo "sí".
Y allí estaba. En un bar, con humanos, siendo observado cada tanto por todos los presentes.
No era que le importase, pero notaba el nerviosismo de la joven que no sabía exactamente cómo mantener algún tema de conversación entre ellos.
Por su parte, estaba temiendo otras cosas. Ya llevaba mucho fuera del Inframundo. No se hallaba tan cansado, no exageraría; solo que no sabía si su presencia resistiría mucho más si no volvía. Lo que temía por los momentos era que _______ le dijera que se quedara a dormir por temor a que regresara solo, y tan de noche. No era el miedo en sí a la pregunta, era más bien dirijido a sí mismo: seguro accedería.
—Aquí tienen el plato del día: estofado— indicó la señora Briseida, llevando los tazones a la mesa.
—Gracias, señora Briseida— sonrió la muchacha a la par en que asentía.
—Gracias— dijo Hades, viendo el plato frente a él. No acostumbraba a esas comidas.
Cuando la mujer se fue y la chica cargaba su cuchara de comida, se ganó la mirada de esta misma.
—¿No te gusta?
Los ojos del dios regresaron a ella, provocando que tomara el cubierto e imitara su acción.
—Sí, me gusta— y lo llevó a su boca, admitiendo que si estaba bueno.
—La señora Briseida tiene buena mano para la cocina, y su esposo hace las mejores bebidas— comentó entusiasta.
—No imaginé que bebieras alcohol— la vio unos segundos sorprendido para seguir comiendo.
—Un pequeño sorbo, no mucho. Son bastantes fuertes. Se me sube muy rápido...— dijo sonriendo avergonzada —Si gustas, luego puedes pedir algún vaso.
—Quizás. Es que soy bastante fiel al vino.
—Cuánta elegancia— comentó risueña, ganándose la mirada y sonrisa del de cabellos plateados.
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Mientras que _______ se había ido a pagar su comida con lavar todo, él fue tras ella para ayudarla. Después de todo, también había comido. No era muy experto en ello, pero resultaba ser una tarea fácil.
Desde que comenzaron hasta que acabaron, estaba la señora Briseida allí hablando con ellos. Sobre todo con Hades, ya que deseaba conocer al respecto del muchacho que tanto había llamado la atención de su empleada temporal.
Logró sacarle de que trabajaba en una gran fina, por lo cual acabó quedando enganchado con llevar unas uvas para la próxima vez que pasara por allí. El problema del dios era saber de dónde las sacaría para seguir con una mentira de todas las que le había dicho a la mujer.
