Capítulo IV

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Pateó una pequeña piedra, ya estando a unos cuantos metros del pueblo en el que se hospedaba. Reacomodó su bolso en el hombro, para alzar la vista sin muchos ánimos a su alrededor. Unos pequeños niños jugando habían llamado su atención.

Le hacían recordar a sus hermanos, Evelia y Neo. Ya como una semana que no los veía. Lo que peor la hacía sentir, era el hecho de haberlos dejado solos con su padre, quien la tenía amenazada de que si no volvía con un cuadro digno de cientos de billetes en menos de dos meses, los vendería.

No podía pelear para llevárselos como si nada. La única opción posible que había encontrado era la de obedecer sin reproche, a pesar de que el bloqueo la atormentaba desde hacía varias semanas. Se atrevía a decir medio año. Medio año en que su padre no había generado ingresos.

Vio como esos pequeños corrían cerca de ella para seguir de largo, en medio de risas y una que otra queja de algún mayor.

Resopló para pintar una dulce sonrisa de lado. Esa era una linda imagen para recrear: dos niños alejándose corriendo, en un pequeño pueblo en el que atardecía, con gente mayor sentada afuera, trabajando o descansando. Pero no la motivaba como esa cueva. Esa bendita cueva.

Si era necesario, se arriesgaría para lograr crear un nuevo cuadro para seguir con sus hermanos. Y si implicaba pasar tardes enteras en un silencio que se le hacía incómodo al lado de Hades que la "cuidaba", también tomaría ese riesgo.

 Y si implicaba pasar tardes enteras en un silencio que se le hacía incómodo al lado de Hades que la "cuidaba", también tomaría ese riesgo

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Miró atentamente la hoja que tenía en una de sus manos. Aunque estuviera durante las tardes con ______ para descubrir qué sucedía con ella y su cercanía al Inframundo, o lo que fuera que fuese, tenía sus deberes de rey.

Pasó una mano por su nuca para darse un masaje y luego echar su cabeza hacia atrás. Le agotaba salir de ese sitio. Probablemente unos cuatro o cinco siglos no salía. O más y no lo tenía en cuenta. Optaba esa última.

Se desplomó en su trono para cerrar por momentos los ojos.

—¡Señor Hades!

Abrió uno para ver como ingresaba a esa gran sala uno de sus sirvientes: el mismo de la otra vez.

—¿Qué sucede?— se sentó bien, dejando el papel a un lado.

—¿Ha sido solucionado el problema? Muchos de nosotros han comentado respecto a que ya lleva dos veces seguidas saliendo de su reino— informó con cierta preocupación y atento a cualquier cosa que dijera.

Pestañeó lentamente para desviar la mirada a otro punto. ¿Cómo explicar la situación?

—Es solo una humana que trata de hacer su trabajo. Cuando acabe, se marchará. Pero no es bueno dejarla sin supervisión— posó una mano sobre su boca —, la cueva le causa demasiada curiosidad y tiende a entrar...

—¡Yo me haré cargo, señor! Así usted sigue aquí con todos sus deberes.

—¿Y qué hay de los tuyos?— interrogó mientras se reacomodaba en su lugar.

—Los haré rápidamente antes de partir y al regresar. Así usted descansa.

Al parecer le resultaba buena idea. Él podría dejar de dar de qué hablar entre sus sirvientes y tropas, así las palabras no llegan a oídos de sus hermanos. No los veía desde hacía mucho y quería evitar que el reencuentro se debiera a interrogantes que se les generaron.

—Perfecto.

Se puso de pie para tomar la hoja y otras cuantas que tenía a un lado.

—A partir de mañana será tu deber. Procura utilizar ropa humana muy simple, te haces pasar por uno y por un amigo al que le pedí que me cumpliera un favor.

—¡Tiene usted todo muy bien pensado, señor!— realizó una reverencia, colocando una mano en su pecho.

—Se me acaba de ocurrir...— comentó como máximo para comenzar a caminar a la salida, seguido del otro hombre —Me retiraré a terminar esto. Vuelve a tu puesto hasta próximo aviso.

Se adelantó varios pasos, mientras que el guardia trataba de seguirle el ritmo, ya que tenía que preguntarle algo más.

—¿No tiene más información para darme, señor? ¿A qué hora deberé ir? ¿Tiene nombre la humana?

Bajó la velocidad hasta detenerse, provocando que el otro lo imitara, en espera de una respuesta.

—Es artista en busca de inspiración. Puede de la nada levantarse e ir a la entrada y hay que detenerla. Cerca del mediodía será perfecto que vayas. Y...— quedó unos momentos en silencio, observando el suelo —, su nombre es ______.

—¡Gracias por los datos, señor! No se preocupe. Todo está bajo control hasta que termine el trabajo la humana.

Se volteó y tomó rumbo a otro sitio, dejando al dios con cierta pereza. Ya no era hora de echarse atrás con ese plan, por más que sintiera cierta intranquilidad con que él fuera. Pensaba en realizar esa tarea él mismo, pero el agotamiento lo movió a decir que sí.

Quizás y todo se resolvía más rápido. Quién sabía.

Ya ni siquiera recordaba la época de sus primeros siglos fuera del Inframundo, ni cómo hacía para vivir fuera de él antes de la repartición de los mundos con sus hermanos.

Pensaba que todo se debía al hecho de acostumbrarse. Tal vez si salía más, se acostumbraría a eso. Pero ya que la labor de vigilar a ______ quedó en las manos de otro que lo informaría, no tenía caso.

Respiró profundo para retomar una buena postura y su andar, así ir a otro lugar a donde trabajar con tranquilidad. O dormir un rato para recuperar energías.

 O dormir un rato para recuperar energías

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Próxima actualización: domingo.

Las actualizaciones serían más seguidas, pero tengo que estudiar para cuatro exámenes para la semana que viene. ¿Oyeron eso? Mi salud mental sigue derrumbándose :')

Ahora me retiro a seguir con toda esta cuestión. Benditos profesores que no podían ponerlos días antes. Pero nooo, todos juntos pa' mayor entretenimiento de ellos >:(

Que descansen y cuiden su salud mental <3

Besos ♥

PINTURAS |Hades y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora