-Emma, date prisa, o tu padre llegará tarde al trabajo! -gritó mi madre, poniéndome un poco más histérica de lo que ya estaba.
-Mamá, no me agobies, estoy cerrando el baúl! -grité desde mi habitación. No era del todo verdad, estaba tirando mi túnica, mis zapatos y etc a mi baúl. Me senté encima para poder cerrarlo. Me giré y recogí la jaula de mi querida lechuza, Blacknight. Era una lechuza especial, negra completamente y con los ojos ámbares. Le sonreí y me respondió con un alegre ululo. Eché una última ojeada a mi habitación y cerré la puerta. Corrí escaleras abajo con Blacknight protestando y el baúl haciendo mucho ruido. Mi madre me miró y pasó una mano por mi cabello.
-Vale, llevas la varita, el baúl, la jaula... Prohibido metamorfosearse en Hogwarts, entendido? -me exclamó mi madre, poniendo el brazo izquierdo en jarras y el índice de la mano derecha delante mio, como advertencia.
-Vale, entendido.-mentí. Como voy a ser metamorfomaga y no aprovechar mis poderes? Soy metamorfomaga, no idiota.
Me dió un abrazo y me besó la coronilla de la cabeza.
-Te haces tan mayor... -me susurró y yo la abrazé.
-Te quiero mucho, mamá, te escribriré todos los Sábados.-le dije sonriendo, y caminando hacia la puerta. Ella asintió con la cabeza y me abrió la puerta. Mi padre esperaba fuera, con su túnica de trabajo. Mi padre trabajaba en el Ministerio, mi madre era ama de casa. Mi padre sonrió cariñosamente y se señaló el reloj, para que me diera prisa. Le di un último beso en la mejilla a mi madre y corrí junto a mi padre.
-Lista, Emma?-me preguntó mi padre, cojiendome de la mano. Íbamos a desaparecernos.
-Adelante -dije, apretando más fuerte la mano de mi padre. Cerré los ojos y tuve la sensación de que pasaba por un tubo de goma demasiado estrecho para mi, y que en cualquier momento me ahogaría. Justo cuando,pensaba que no podia respirar, noté suelo firme bajo mis pies. Abrí los ojos, y vi que estabamos en King's Cross. Mi padre me sonreía a mi lado.
-Bien, lo tienes todo, estás bien...-dijo mi padre, pero fue interrumpido por un torpe muggle que chocó con él. El muggle pidió disculpas, pero mi padre susurró algo en "el idioma especial", con un brillo siniestro en los ojos y se llevó una mano a la varita.
-Papá, papá, papá... Calmáte vale?-le dije, girándole la cabeza con una mano para que me mirase a mi y no al muggle. El brillo en sus ojos desapareció y su mano que antes estaba en la varita, me acariciaba la mejilla.
-Gracias, Emma. No le digas a mamá que he vuelto ha hablar en el idioma de las serpi...-dijo mi padre, mirando al suelo, avergonzado.
-Tranquilo, soy una tumba.-le interrumpí, sonriendo, le cogí de la mano y caminamos juntos hasta el muro. Eché a correr con un poco de inseguridad, pero sabia que ese muro era mágico. A medio metro del muro, cerré los ojos, y cuando los abrí, vi un gran cartel que decia: "ESTACIÓN 9 3/4: TREN A HOGWARTS" Mi padre apareció a mi lado y me acompaño hasta la puerta del tren.
-Vale, has salido a tu padre, asi que no te metas en muchos lios, vale? O mejor, metete en muchos, pero que no nos enteremos-me dijo, guiñandome el ojo. Le abrazé.
-Vale papi, adiós. -me despedí, le di un beso en la mejilla y subí al tren. Encontré un compartimento vacío, y me metí. Estiré las piernas en el asiento de al lado y me puse con la espalda apoyada a la ventana, de cara a la puerta. Empezé a toquitear mi anillo. Antaño habia sido un Horrocrux de un pariente mio, más conocido como Lord Voldemort. Mi padre lo encontró, lo reparó, y me lo dio para que jamás olvidara quien era. Desde entonces, siempre lo llevaba. Mi madre hizo un encantamiento para que nadie nunca me lo pudiera robar. Me encantaba ese anillo, a pesar de su procedencia.
Unas risas y la puerta que se abrió de golpe me sacaron de mis pensamientos e hicieron que mirara a la puerta. Un chico moreno, de ojos marrones, guapo, pero con aspecto de creído, un poco más alto que yo, con la camisa blanca arremangada por encima de los codos y los botones más cercanos al cuello desabrochados. Detrás de él pude ver a un pelirrojo, que también era guapo y alto, un chico moreno, y corpulento, un rubio pálido que reia y por último, a un chico con el ceño fruncido que era moreno, y de ojos verdes.
-Quien eres tu? -me pregunto el moreno que iba delante.
-Y quien eres tu?-le pregunté yo, desafiante.
-Yo he preguntado primero -me contestó él, aun más desafiante. Rodé los ojos.
-Como si me importara-dije, y cruzé los brazos sobre el pecho. Se oyeron varios sonidos de exclamaciones detrás de el moreno que me observaba con los ojos entornados.
-Está bien. Soy James Sirius Potter. Te toca. -me dijo el moreno, sonriendo pícaramente. -Soy Emma. Emma Ugant. -dije mirando con mis ojos azules a sus ojos marrones.
-Eh, yo también me quiero presentar!- gritó alguien desde atrás, y, dos minutos más tarde, tenía a 5 chicos completamente diferentes entre ellos en mi compartimento.
El tal James se apoyó con el hombro derecho en la ventana, sonriendo. El pelirrojo dio un paso.
-Soy Fred II Weasley, un placer -dijo, y me besó la mano. Supongo que queria que me ruborizara, pero al ver que le decia "igualmente" sin las mejillas rojas, sonrió y volvió a su sitio.
-Yo soy Frank Longbottom, encantado -dijo el moreno corpulento, sonriendo. Le estreché la mano.
-Yo soy Lorcan Scamander, y tengo un hermano gemelo llamado Lissander, no nos confundas -me dijo el rubio pálido, sonriendo.
-Y yo soy...-empezó el moreno de ojos verdes, pero James le.fulminó con la mirada.
-Tu que haces aqui, maldito squib? Largo de aqui, vete con Scorpius y déjanos a nosotros en paz. -le exclamó James al otro moreno. El otro iba a replicar, pero yo añadí tranquilamente y fríamente.
-Potter, aqui estaba yo antes que nadie, yo decido quien se queda y quien no, este es mi compartimento.-dije fulminando con la mirada a James. Este me miro mal, y cerró los puños, pero no hizo nada.
-Y yo soy Albus Severus Potter, encantado-me dijo el moreno de ojos verdes, visiblemente agradecido. Sonreí y señalé a Lorcan, Fred, Frank, y James.
-Sois mejores amigos o algo?-les pregunté.
-Tenemos un grupo, llamado Merodeadores 2.0-respondió James, con un tono arrogante y engreido. Sonreí con sarcasmo.
-Interesante, 14 años y seguis con Clubs para fiestas de pijamas...-reí, y James se me acercó furioso.
-Que has dicho, Ugant? -me dijo, apuntandome con la varita.
-Lo que has oído, Potter. Es que eres sordo además de idiota? -le exclamé con calma. En el vagón todo era silencio. James tenia su varita clavada en mi cuello, y me miraba furibundo.
-Eh, Cornamenta, ya está, no pasa nada, vamos, déjalo. -dijo Fred cogiendo a James por los hombros y echandolo hacia atrás, apartándolo de mi. James no opuso resistencia.
-Esto no quedará así, Ugant. Ya verás. -dijo James, y salieron todos menos Albus. Este cerró la puerta.
-Oye, queria decirte... gracias -dijo Albus, sonriendo.
-Oh, no te preocupes, me encanta chinchar a la gente. James es un poco... egocentrico, no? -dije sonriendo. Albus asintió y rió.
-Sí,bueno... Egocéntrico, egoísta, presumido, imbécil... -dijo Albus, y yo reí.
-Se nota que lo quieres, eh?-dije con sarcasmo, y reí.
-Es mi hermano mayor, estoy obligado a ser bueno con el... en casa -dijo, y yo reí. Le hize una seña para que se sentara en el asiento de enfrente, y lo hizo.
Nos pasamos el resto del viaje riendo y bromeando. Definitivamente, Albus Severus Potter era un buen tipo.
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La descendiente de Gryffindor y Slytherin.
De TodoEmma es una chica normal, y corriente. Bueno, no tan normal, es bruja. Sus padres le enseñaron en casa hasta cuando cumplió 14 años, y tuvo que ir a Hogwarts, a su 5 año. Muchos nervios, risas sueltas, y demasiada vergüenza. En Hogwarts conoce a Jam...