Capítulo 21

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-Fred... vete.-le dijo secamente James, tras tomarse el vaso de agua. Fred no se inmutó.

-Ayer pasó algo que no es lo que les ha contado Emma a todos. James, no soy idiota.-dijo, y alzó las cejas. James le miró con algo parecido a cansancio. 

-Fred, Emma y yo tenemos que hablar de un tema sumamente importante. Así que deja de emparanoiarte y déjanos.-le soltó James, y Fred le fulminó con la mirada. Luego me miró.

-Luego hablamos.-se despidió, y salió de la habitación. James dejó escapar un suspiro cuando se fue.

-Por fin...-y se masajeó la sien izquierda con esa misma mano mientras con la otra daba golpecitos al colchón, indicándome que me sentara en el. Así lo hice, y me tapé la parte de la cara que él veía y bajé la mirada.

-James, he pensado que...-comencé a explicarme, pero él se incorporo a duras penas, me cogió delicadamente de la muñeca para apartar mi mano de mi cara, me cogió con cariño de la nuca y me atrajo hacia él, para luego besarme dulcemente. 

"Emma, estás saliendo con Albus y estás besando a su hermano. Sepárate ahora mismo.", repetía la voz de mi conciencia resonando en plan eco. Pero mi cuerpo no reaccionaba. Simplemente me dejaba llevar y le correspondía a la vez. Hasta que él dejo mi boca libre porque empezó a besarme las mejillas.

-James... no creo que...-le decía, pero él no paraba. Entonces, mi sistema nervioso me dió un impulso, y me levanté de un salto casi sin darme cuenta.-¡James! Esto no puede ser. Estoy saliendo con Albus, y él me gusta...

-¿Y me vas a decir que yo no? ¿Yo no te gusto? ¿No te gusto pero me has besado? ¿No te gusto pero me salvaste ayer?-me interrumpió él.

-James... me atraes y creo que me gustas, pero... no puedo romperle el corazón...-respondí, tras unos instantes de silencio sepulcral. 

-Ah, y a mi si?-volvió a interrumpirme él.  Yo suspiré. 

-James, no me lo hagas más difícil. Sabes perfectamente que no podemos estar juntos. Encontrarás a alguien mejor. Alguien más adecuado para ti.-le dije, y él se levantó con dificultad.

-¡Pero yo no quiero a nadie adecuado! ¡Te quiero a ti, Emma! Porque no se que me has hecho, pero creo que me gustas. Y si quieres ignorarlo todo, por mi vale. Si es así como lo quieres... Borrón y cuenta nueva. No pasó nada, nunca. Nos odiamos, y ya. Tienes razón, es lo mejor para ambos. ¿De acuerdo, Ugant?-sentenció, mientras se iba acercando a mi, para acabar frente a mi con una mano extendida. 

Un escalofrío me recorrió el cuerpo  al escuchar que me llamaba por mi apellido. Pero había hecho ese gesto de frialdad porque yo se lo había pedido. Porque yo estaba saliendo con Albus. De pronto, me asaltaron muchas dudas.  ¿De verdad quería eso? ¿Alejarme de él, hacer como que lo odio, fingir que no me salvó la vida, ignorar que él sabe el mayor de mis secretos? ¿Obedecer al deber e ignorar al amor? Bueno, dicen que a la larga, lo bueno es lo correcto. 

No quería pero debía. La razón gana al corazón, de nuevo. Así que con un suspiro, le estreché la mano a James y aseguré, con una sonrisa fría:

-Has firmado tu sentencia de muerte, Potter.- y él me dió un suave golpe en el hombro y se volvió a tumbar en su cama. Yo salí de la habitación y cerré la puerta al salir. 

Me apoyé en la pared y me humedecí los labios con la lengua. Los latidos de mi corazón iban acompasados con mi respiración, y esas pequeñas explosiones temporales resonaban en cada centímetro de mi cuerpo. 

"Has hecho lo correcto, tranquilízate", me repetía a mi misma. Pero tenía la sensación de que lo correcto no iba conforme a mis gustos y esperanzas. Y el Universo, como señal para hacerme entender que lo había hecho bien, hizo que en el pasillo apareciera Albus. Me eché a sus brazos y comencé a llorar sobre su hombro. 

-Eh, ¿que pasa?-me preguntó mientras me rodeaba con sus brazos y me daba palmaditas en la espalda. Yo hundí mi cara en su cuello, aún con lágrimas rodando libres por mi rostro.

-Que eres un novio maravilloso, Albus. Eso pasa.-le respondí, y subiendo mis manos hacia su cuello lo atraje hacia mí y le besé. Al separarnos, él sonrió.

-Creo que alguien necesita una buena siesta...-me dijo, me cogió de la mano y me condujo hasta mi habitación. Una vez allí, me arropó, me besó y luego se quedó acariciando mi cabello hasta que me quedé dormida.


La descendiente de Gryffindor y Slytherin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora