La descendiente de Gryffindor y Slytherin.

Capítulo 8

Y transcurrieron dos laaaaargas semanas, llenas de clases aburridas (Historia de la Magia) y de clases divertidas (Defensa Contra las Artes Oscuras).
Pues bien, ahora nos remontaremos a un día en el que veníamos Scorpius y yo de entrenar, pero Albus nos acompañaba. Hablábamos de que el dia anterior, a Potter le hicimos el embrujo "Levicorpus" y la cara de bobo que se le quedó era de cuadro.
Íbamos hablando y riendo cuando algo se puso delante mio.
-¿Que quieres, James?-preguntó Albus, mirando a Potter. El sonrió pícaramente.
-Retarla a un duelo-dijo, y yo reí.
-Tu estas chalado, ¿no?-dije, y él sonrió más ampliamente.
-¿Asustada, Ugant?-dijo, y yo me puse seria y saqué la varita.
-Más quisieras-dije, y acordamos que Albus seria mi padrino y Fred el de Potter. Nos pusimos uno frente al otro con las varitas en la nariz. Luego nos inclinamos para saludar, y bajamos la varita. Nos dimos media vuelta u tras determinados pasos, nos giramos y nos pusimos en posición de ataque.
-Expelliarmus!-grité yo.
-Palalingua!-gritó Potter.
Él salió despedido hacia atrás y yo me llevé las manos al cuello.
Tenía la lengua pegada al paladar. Intentaba con todas mis fuerzas quitarla de ahí, pero el hechizo no lo permitía. Cuando Potter se levantó, noté que yo volvía a tener el control de mi lengua. Pensé que él lo había hecho, pero parecia tan sorprendido como yo de que pudiera mover la lengua en paz. Entonces, a zancadas se acercó a mi. Pero giró y se dirigió a su hermano. En un abrir y cerrar de ojos, Scorpius estaba colgado en el aire por el tobillo y Potter cogía a Albus por la solapa.
-¿POR QUE HAS ANULADO EL HECHIZO? ¿EH?-dijo Potter, y yo reaccione fácil.
-SERPENSORTIA-dije, y una serpiente salió de mi varita y avanzó hacia Potter. Este tiró a Albus al suelo y se alejó unos pasos de la serpiente, blanco cual papel. La serpiente (cobra) avanzaba hacia él susurrando:
-Eres malo
Y yo, en un ataque de compasión, dije:
-Solo acércate un poco y luego vete.
La serpiente no me miró, pero se acercó más a Potter, quien tropezó con una raiz y cayó de espaldas al suelo.
-Suficiente, vete al Bosque Prohibido.
La serpiente se giró y me miró, siseando:
-No.
Yo fruncí el ceño:
-No me obligues a quemarte.
Y con eso, la serpiente se fue. Al ver como se alejaba reptando sonreí con satisfacción, y luego miré a la gente presente. Potter ya se habia levantado, pero me miraba como los demás: sorprendido y un poco asustado.
-Que pasa?-dije, sin comprender.
-Hablas pársel-dijo ALbus.