Análisis

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Esperando que aún haya seguidores en esta página de este fic, les dejo la continuación avisando que continúo con problemas y otros asuntos en casa y como verán, pese a que tengo varios capítulos hablándoles de ello, lo que ocasiona mis desapariciones, siempre regreso.

Los dejo con el capítulo n.n

Mirando  los cabellos azabaches por debajo de la cobija Karin sonrió y con  dulzura destapó la carita de Kisho quien aún dormía apaciblemente  abrazado a ella, haciendo que valiera la pena haber accedido a quedarse  sin haberlo meditado

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Mirando los cabellos azabaches por debajo de la cobija Karin sonrió y con dulzura destapó la carita de Kisho quien aún dormía apaciblemente abrazado a ella, haciendo que valiera la pena haber accedido a quedarse sin haberlo meditado. Aquellos momentos junto a su hijo resultaban muy preciados, más ahora que sabía que Sasuke la separaría para siempre de él. Pensar en ello le dolía, de todos allí el que más sufrirá sería ese pequeño niño que parecía destinado a pagar todos los errores que sus padres habían cometido.

—¿Karin? —oyó que llamaron a la puerta y recordó que aquella noche Sasuke también había dormido junto a ellos, pero ahora se encontraba fuera de la habitación— ¿Cómo está Kisho?

Karin abrazó al niño temerosa, el momento de separarse estaba cerca si no es que Sasuke se atrevía a correrla antes de que Kisho despertara. Temerosa por el último pensamiento pensó en aferrarse a su hijo, pero sabía que no solucionaría las cosas y al final sólo depositó un beso en la frente del pequeño para luego levantarse con cautela de la cama y abrir silenciosa la puerta.

—Aún duerme —contestó en voz baja y al notar que había mirado a Sasuke a los ojos desvió la vista tan pronto como pudo.

—El desayuno se servirá en veinte minutos. Por favor ayúdalo a alistarse.

—Tuvo un día agitado ayer —Kairn detuvo a Sasuke cuando él se disponía a irse— Creo que sería mejor dejar que él despierte solo.

—Avísame cuando despierte —terminó por decir Uchiha tras otro momento de silencio.

Karin vio a Sasuke alejarse por el pasillo para luego soltar un suspiro de alivio. Regresó a la habitación donde Kisho seguía dormido. Sin perder oportunidad volvió a la cama esperando poder tener un rato más a lado de su hijo, pues si bien ahora sabía que habría de desayunar con él, temía que Uchiha cambiara de parecer repentinamente como ya lo había hecho en todo ese tiempo.

Kisho durmió al menos una hora más, tiempo en que Karin se veía complacida pero al mismo tiempo se inquietaba, pues por cada minuto que pasaba mayor se tornaba el deseo de no volver a separarse de él, pues si bien habían nacido sentimientos maternales con Kisho desde que él dio su primera patada dentro de su vientre, ella jamás había imaginado que el mirarlo por primera vez —aunque fuese de lejos estando él dentro del carro—, el oírlo llamarla mamá y ella hijo, y el poder estrecharlo entre sus brazos harían que ese sentimiento se volviera tan fuerte que deseaba hablar con Sasuke para suplicarle no separarlos.

Al pensar en ello Karin quedó meditabunda, ya que analizando la situación se preguntó ¿qué le impedía hacerle la petición al Uchiha? Cuando era joven, cuando recién dio a luz a su hijo lo que la había detenido era el dolor de su corazón roto, del peligro que corría en dejarse llevar por el sentimiento para conservar a su hijo sin tener cómo mantenerlo y porque simplemente no tendría forma de explicar a su familia lo que había hecho. Ahora ella era una adulta, habían pasado ya nueve años desde aquella desilusión amorosa, ya no podía —aunque moría por hacerlo— llegar a un tribunal para pedir la custodia de Kisho y aunque su madre había fallecido, sus hermanos no podrían oponerse a su decisión. ¿Qué la detenía?

Padre solteroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora