Ella en sus vidas

49 5 0
                                    

Perdonen que suba el capítulo tan noche. Los dejo con la continuación.

Aquella  mujer ya se había ido prometiendo no hacer escándalos, pero Uchiha, no  pudo evitar dar vueltas en la cama al punto de levantarse y encerrarse  en su despacho

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aquella mujer ya se había ido prometiendo no hacer escándalos, pero Uchiha, no pudo evitar dar vueltas en la cama al punto de levantarse y encerrarse en su despacho. Claro, Karin había prometido no decir nada, no intervenir en su vida familiar, incluso, cuando él le comentó la mentira que le decía a Kisho, ella lo alentó a que le dijera la mentira que él no se atrevía a decirle; pero tenerla cerca lo perturbaba, y eso que ella aclaró que sólo había ido a conocer al niño de vista y decirle que estaría trabajando en la ciudad.

Obviamente él no confiaba en ello, aunque en realidad, no era lo que verdaderamente le molestaba, pues la situación lo favorecía si ella intentaba recuperar al niño; lo que en verdad lo alteraba, era su presencia, pues estando ella ahí, le recordaba la decepción pasada de hacía algunos años y cierto sentimiento que había estado tratando de enterrar, eso sin mencionar, el hecho de lo que podía afectar a su querido hijo.

Si bien Sasuke creyó que el problema se limitaba a lo que él sentía y creía pasaría, lo que le sorprendió, fue la suspicacia de su hijo, quien a la mañana siguiente, no se contuvo a preguntar por aquella "linda señorita" que se presentó en la noche. Sin mencionar que la servidumbre, tenía sus propias conjeturas, pues la mujer no pasó desapercibida, mucho menos teniendo en cuenta que había cosas que no podían ocultarse.

—Te lo dije, son cosas del trabajo.

—Pero cuando son cosas del trabajo los que vienen son Suigetsu-san o tío Itachi.

Y en efecto, a la casa sólo ellos tenían permitido entrar, especialmente a tales horas y por asuntos de negocios, y una que otra vez Naruto, pero él porque era un terco que no sabía respetar indicaciones. Por un momento Sasuke se quedó en blanco sin saber que decirle al niño, y esa situación no era común en él, pero era obvio que su talón de Aquiles, era aquél pequeño infante.

—¿Por qué tanto interés en ella?

—Porque no hay muchas mujeres que vengan a casa si no son las criadas, las niñeras o las novias de mi tío.

Y el niño tenía razón, pues a Sasuke poco le interesaba una mujer mientras tuviera a su niño, y eso era lo que intentaba demostrarle a Itachi, que llevaba algunas muchachas acompañadas de alguna amiga, prima o hermana, para ver si él se involucraba, de hecho, jamás había visto danzar tanta chica en los brazos de su hermano hasta que el mayor se decidió por tratar de conseguirle una esposa.

—No te preocupes por ella, no volverá por aquí.

Y en efecto, ella no volvió a la casa, pero no por eso se deshicieron de ella, pues Karin trabajaba de mesera en un lujoso restaurante, que para colmo del azabache, era su favorito. Claro, intentó no volver a pasar por ahí y mucho menos con Kisho a un lado, pero era el mejor restaurante de la ciudad, y la salida con clientes lo ameritaba, sin mencionar que no era al único que le gustaba la comida de ahí, haciendo que de vez en cuando su hijo pidiera comer en ese lugar. De menos, las probabilidades de que ella los atendiera eran pocas, especialmente si el restaurante estaba lleno, algo que de algún modo tranquilizó al hombre. Eso sí, nunca despegaba el ojo de su hijo, pues notaba que la pelirroja no perdía oportunidad en volver su mirada a él.

Padre solteroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora