Lan shui (transmigración- reencarnación).

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-Aaah Lan Zhan estoy aburrido- canturreaba un cansado Joven Wei mientras caminaban a la salida para ir a la siguiente ciudad que tenían que cruzar  para llegar a Torre Koi -JieJie aun no llega...podríamos adelantarnos y jugar un poco- insinuó pasando sus brazos por el cuello del contrario mientras este, ya con sus orejas en color carmesí afirmaba su agarre en la cintura.

Antes de responder a tal tentativa propuesta fue interrumpido por el grito de un emocionado niño -¡JieJie mira! ¡son Lan Wangji y el hermano rojo!- pronunció señalando a los mayores a unos pasos de distancia, provocando que la Señorita soltase una fuerte carcajada que llamo la atención de los transeúntes más cercanos.

-¡Lan Zhan! ¡JieJie!- reprendió en su berrinche al ver la leve mueca en el rostro de su amado antes de que este alcance a ocultarla.

-¡Aquí estoy! ¡Presente, presente!- contestó en su intento por recuperar el aliento, le dolían los riñones de tanto reírse.

Ya mas tranquila se enderezo, tomando la mano del menor, exhalo un buen de aire acumulado en sus pulmones antes de hablar -Uuuuf... me canse ¿estamos listos?- (¡Si, CAPITAN ESTAMOS LISTOS!... ok no).

-Mmm...Wei Ying empacó comida, debemos partir ahora para llegar antes de la puesta de sol-sugirió el Lan tomando su recta postura mientras apoyaba su mano en el mango de Bichen.

Iban a salir cuando la joven vio un burro atado a un poste, ahí el recuerdo de manzanita vino a su mente, el nigromante al notar a donde se desvío la mirada de su hermana quiso comprar aquel animal pero se guardo el deseo para si mismo, o eso creyó, ya que Lan zhan luego de unos pasos los alcanzo con el burro a su siga.

Lan Mei se contuvo de reír por la cara de sorpresa de su DiDi. El camino se hizo corto con la compañía del infante, Wei Wuxian lo llevo consigo arriba del animal, mientras los primos Lan iban delante de ellos guiando y escuchando sus charlas.

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En otro lugar del mundo de la cultivación :

Meng Yao se encuentra encerrado junto a sus hermanos jurados en el gran pabellón discutiendo nuevos negocios y cuestiones políticas. 

-¡Gege!- entró gritando a la habitación el agitado Huaisang recibiendo un reproche por parte del mayor.

-Ups...perdón, creí que estabas solo- mencionó tomando su abanico con ambas manos luciendo apenado... Quedo como chismoso ante los amigos de si Dage.

-¿Que sucedió?- Pregunto A-Yao un tanto preocupado pero sin perder la serenidad en su mirada.

-La carta de invitación al banquete del líder Jin llego- respondió el menor nervioso.

-¿Solo eso? no es motivo para que interrumpas una reunión importante A-Sang- Regañó Mingjue molesto antes de ser interrumpido.

-No solo eso... el Líder Jin...- indagaba, pensando si hablar o no.

-Joven Nie puede decirlo si es relevante, si no puede esperar dentro de un rato terminaremos con estos asuntos- sugirió Xichen.

-Es q-que....este...mmm..- balbuceaba buscando las palabras adecuadas.

-¡Habla ya!- Gritó Mingjue molesto por las vueltas que daba su hermano al tema.

-El líder envió una carta al Maestro Qiren solicitando la mano de Lan Mei como concubina- soltó Huaisang asqueado por la idea, abanicándose levemente para no vomitar ahí mismo.

-¡¿COMO?!- Gritaron Xichen y Mingjue a la vez.

Por otro lado Meng Yao estaba atónito, luchando contra todas sus emociones, impactado ante la noticia, sentía disgusto por su depravado progenitor y unas inmensas ganas de matar a quien se atreviese a tocar tan solo un cabello de su Señora. No entendía por que, pero no la compartiría con nadie, mataría, desaparecería a cualquiera que intente quitársela.

No puede diferenciar entre Amor y obsesión. Sin embargo, hay una cosa de lo que esta seguro; Ella es solo de El, así como El pertenece completa y únicamente a Ella.

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Después de una cacería repentina, los jóvenes fueron invitados a hospedarse en la residencia del Líder Mo en agradecimiento por su ayuda contra las bestias y su preocupación por los jóvenes discípulos, que en su falta de ''experiencia'' estuvieron apunto de salir sin vida de esa espantosa situación.

-¿Como puede ser que envíen a esos niños a una cacería?¿Qué clase de lideres son?- mencionó indignada La señorita una vez dentro de la habitación.

-Opino lo mismo JieJie, se supone que deberían de entrenarlos y prepararlos bien antes de enviarlos, lo que hacen es un homicidio- concordó Wei Ying recibiendo el asentimiento de Lan Zhan quien se dedicaba a secar el recién lavado cabello del pequeño Xue Yang mientras este disfrutaba sus dulces.

 -JieJie y hermano rojo estuvieron increíbles-mencionaba el niño, pudo ver un poco de la pelea antes de ser alzado por Wangji para ir a otro lugar no muy alejado pero si mas seguro y donde pudiese divisar a Wei Ying.

-A-Yang puedes llamarme A-Ying- Gege o Shufu si quieres, de cualquier forma menos esa- propuso resignado ante el apodo.

-Gege-Escogió el pequeño.

-¡Ese me gusta! ¡Escuchaste Lan Zhan!- grito emocionado el joven.

-Zhan-Gege y bonito Gege- Afirmo A-Yang para si mismo llevándose otro caramelo a la boca. 

-Eeh..-soltó al escuchar su nuevo apodo, enviando una mirada asesina a su Jiejie cuando se le escapo ''Pffh'' tapado por su mano rápidamente. 

Luego de un rato, mas o menos lo que tarda de consumirse una vara de incienso, fueron llamados a cenar, los escoltaron hasta el pabellón donde los lideres los esperaban.

La cena transcurrió tranquilamente entre elogios y conversaciones comunes, a excepción de Lan Zhan que seguía las reglas estrictamente y Xue Yang que intentaba imitarlo para deleite y gracia de los dos jóvenes hiperactivos.

-Señora Mo- se acerco a ella una de las sirvientas un tanto nerviosa o fastidiada, los invitados no podían descifrar  su estado.

-¿Que quieres? ¿No ves que tenemos invitados?- reprochó la mujer con una sonrisa entrecerrada.

-El bastardo no quiere callarse- susurró la señora cuando se acercó al oído de su Ama, pero no contaba con que los Lan, gracias a su afinidad con la música, poseen una gran sensibilidad a los sonidos, permitiéndoles ser mas susceptibles a estos que una persona promedio.

-Inservibles-rechisto la mujer mientras se paraba y se disculpaba por retirarse del salón.

los 3 jóvenes se miraron entre si y con un sutil asentimiento procuraron hacer lo mismo, se disculparon con el anfitrión y se retiraron al aposento que compartían los 4 a petición de ellos, no querían separarse para evitar posibles amenazas, algo les impedía confiar en los Mo.