🕸️
Me desperté. No había sido un sueño. La luz del foco me deslumbró al abrir los ojos. Volteé hacia el sillón para ver si él seguía allí. Sí, ahí estaba, con la mirada fija en su libro. Me levanté, y al hacerlo, él alzó la vista y bajó el libro.
—Ya despertaste. ¿Cómo te sientes? —preguntó con preocupación.
—Bien... gracias —respondí, algo confundida—. Quiero decir, me siento mejor. Gracias.
—Me alegra escuchar eso. Me tomé la libertad de prepararte algo. Es un Croque-monsieur; espero que te guste —dijo con entusiasmo. Sonreía como si la cocina fuera su pasión—. Y me alegra que hayas despertado justo ahora; está recién hecho.
—Se ve delicioso, muchas gracias. —Se veía delicioso, olía delicioso y, al probarlo, estaba absolutamente delicioso. Cocinaba tan bien que, sin importar cuán sencilla fuera la receta, él lograba que todo saliera perfecto—. Está delicioso, muchas gracias, otra vez.
—¡Qué bueno que te gustó! Llevaba tanto sin cocinar. Si quieres, puedo enseñarte a prepararlo —volvió a sonreír, él siempre estaba sonriendo.
—Claro. Me encantaría...
—Espero a que termines para que podamos hablar, ¿te parece?
—Sí —respondí, con una sonrisa que él me devolvió. Volvió a concentrarse en su libro mientras yo me apresuraba a comer.
—También te traje un vaso con jugo —dijo, señalando la mesita de noche a mi izquierda, a la que le estaba dando la espalda.
—Gracias —le respondí con otra sonrisa, que él correspondió de nuevo. Pocos minutos después, terminé de cenar. Me levanté y me senté en el sillón de dos asientos junto a él—. Ya terminé.
—¿Qué te pareció? —preguntó, mientras dejaba su libro a un lado.
—Muy bueno. Tienes un excelente sazón —dije. Mi comentario le sacó una risa.
—Muchas gracias, señorita. ¿Y bien? ¿Por dónde empezamos? —hizo una pausa mientras pensaba. Luego me preguntó—: ¿Por qué sufres?
—¿Por qué sufro?
—Sí.
—Pues, por todo y por nada, supongo. Llevo así tanto tiempo que en realidad ya no sé cuándo empecé a sufrir. No han sido los mejores años... En realidad, no recuerdo si hubo un año bueno. Bueno, sí, pero no lo recuerdo muy bien.
—¿Por qué lo dices?
—¿Por dónde comenzar? Es mucho, y no quiero agobiarte.
—No me vas a agobiar. Puedes comenzar incluso con el primer día de tu vida y no tendría problema con eso. Dije que te iba a escuchar, y eso haré.
ESTÁS LEYENDO
Me Enamoré de un Fantasma
RomansaLa vida le mando un chico maravilloso, perfecto. Pero, la vida no siendo lo suficientemente cruel con ella decidió que estuviera muerto.