CAPITULO 9

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JIMIN

Yoongi con rapidez y mucha habilidad creaba una pieza en su guitarra, mientras que a mí me tocaba bailarla. Después de hablarlo en la cafetería nos reuniamos a la hora del descanso estos últimos dos días para escuchar los pocos segundos de canción que el tenía, y con lo poco que escuchaba sabía que era una buena sonada, es un genio músical. Nos pasamos los contactos y por ahí me mandaba lo que iba saliendo de la canción, era poco, 1:27 minutos, pero con lo poco, debía ir armando la coreografía. Acordamos algo acustico, por lo tanto, el baile debe ser de estilo artístico, con muchos movimientos suaves pero a su vez firmes.

Es la primer vez que mostraría mi talento enfrente de una persona que no sea mi familia, mis amigos o mi espejo. Bailar me a gustado desde que tengo memoria. Bailaba con las canciones que ponía mamá en la televisión. Después de que mis padres vieran mi interés me mandaron a una academia de danza contemporánea, fueron los mejores 7 años de mi vida, pase de los 7 a 14 años aprendiendo, supe conocer mi cuerpo, su flexibilidad, resistencia, y lo mejor, saber que cuando los hacía era como si mi realidad se partiera en dos, entraba a otro mundo donde solo era yo y la música. A pesar de que no continúe en la academia por cuestiones de tiempo, suelo hacer espacios para practicar mis entrenamientos y no perder mi flexibilidad, también con ayuda de videos de internet pude ampliar mi versatilidad en el campo de baile, descubrir que no solo me gusta lo contemporáneo, también me gusta los ritmos latinos, algo de hip hop, bailes eróticos y, algo que descubrí gracias a una buena amiga puertorriqueña.

Camila, nos conocimos por internet y sus padres tienen buena solvencia económica que hizo que me visitará en Seúl, y en esa visita se armó una plática sobre mi encanto por los ritmos latinos, metiéndome al twerking, "si dio' te dio to’ eso, hay que sabe' movelo' papi" amo su acento, aunque casi no le entienda nada. Esto lo hago solo, me da mucha vergüenza que alguien me vea moviendo mi trasero como si fuera una tabla rítmica, no olvidemos que estamos en Corea, eso es un tipo de baile muy atrevido.

Mi fascinación con el baile es algo hermoso, lo veo como un deporte y un arte a la vez, hasta he pensado en estudiarlo seriamente.

Terminé de estirar mi cuerpo. Era hora de ir a casa de yoongi, por ende bailaría así que para no estirar en su casa y pasar momentos incómodos dedo hacerlo en la mía. No sude mucho pero aún así me di una ducha rápida. Mi vestimenta fue casual, aunque quisiera ir mostrando los atributos que dios me dio, la ocasión no me lo permite; vestí una playera holgada gris con unos pans negros, unos tenis puma blancos.

"No me veo mal pero tampoco bien, meh" me di una última ojeada al espejo.

Tomé una mochila pequeña y salí de casa. Pedí un Uber, por desgracia mis padres aún no me dejan conducir, o bueno, lo harán hasta que entre a universidad. Yoongi me mandó su dirección, solo fue cuestión de lógica ponerla en la app.

Desde la ventana del auto, veía pasar las casas, cada vez una casa era más grande y lujosa que la anterior. No vivamos tan lejos uno del otro y tampoco vivo en la miseria, sin embargo, se notaba que el era una clase más alta que la mía. Llegamos a una residencia de edificios. Vaya que era grande, salí del auto mirando lo alto del edificio.

"Llega hasta el cielo o que carajos"

Abrí mi teléfono encontrándome otro mensaje de Yoongi

El gato: piso 13, te espero afuera.

Entre al lugar, el vestíbulo era sencillo, había una recepción pero no era una como la de un hotel. No sabía dónde quedaban los elevadores, así que decidí preguntar al portero.

- Disculpe - Hable con un señor de unos 50 años que tenía un uniforme gris. - Donde están los elevadores - El señor me sonrió de manera dulce.

- ¿A donde va muchacho? -

Addicted To You 《YOONMIN》!PAUSADO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora