Capitulo 6

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Adele

Me desperté por el sonido de una niña gritando, había un olor desagradable a alcohol también me percaté de que estaba amarrada en una silla, tenían un dolor insoportable en la espalda y la cara me ardía, levanté un poco la  cabeza para ver quién estaba gritando entonces ví que habían una niña en la habitación de enfrente con aquellos dos hombres que me golpearon en el callejón, uno de ellos se dió cuenta que me había despertado y ambos se acercaron a mi junto con la niña amarramdola en una silla poniéndola frente a mi, aquella niña tenía moretones en sus brazos y cara no paraba de llorar, quería hacer algo para ayudarla pero simplemente no podía.

–Valla asta que se te ocurre despertar dijo uno de los hombres tomándome por la cara.

–Y bien ¿con quién empezamos? Preguntó uno de ellos viendo hacia una esquina en la cual estaba un señor vestido completamente de negro.

– Con quien quieran- dijo el levantándose para irse.- cuando escuche aquella voz me quedé helada ¿Entonces el fue el que me hizo esto? Quería levantarme para golpearlo pero no podía. Aquel señor que alguna vez llame padre salió de allí sin decir alguna otra cosa.

–Muy bien empezemos contigo- dijo uno de ellos acariciando el cabello de la niña, ella solo cerró los ojos sacando algunas lágrimas y diciendo cosas que nadie entendía.

–No le hagan nada...por favor...- el hombre se despegó de dónde estaba la niña y se acercó a mí lentamente, mientras yo trataba de aguantar la respiración pues tenía un olor desagradable a alcohol, me tomo de la cara e intento besarme yo despegue la cara y él se levantó para darme una cachetada.

–Maldita desgraciada, si quieres que deje a la niña en paz harás lo que yo te diga.

–Esta bien, está bien, está bien pero... No aquí, no frente a la niña. -la niña solo me veía con una cara de preocupación negando que no me fuera, mientras me desamarraban los pies le dije que no llorara y ella solo cerró sus ojitos llenos de moretones.

–Muy bien, vamos arriba- dijo aquel hombre- ah, ah, ah y no se te ocurra salir corriendo dijo levantándose la camisa y allí se veía una navaja. Yo solo subí las escaleras como pude, aún me dolían las piernas y la espalda ni se diga, el al ver lo lento que caminaba me empujó y caí de las escaleras perdiendo la conciencia.
Cuando despierte no había parte de mi cuerpo que no me doliera, ví que estaba en una habitación, con las ventanas selladas, cuando ví bien estaba cubierta con una sábana me destapé un poco y ví que no tenía nada de ropa de nuevo sentía las ganas de vomitar ¿pero dónde? No quería hacer ruido, lo único que quería era salír de allí. Escuché el sonido de la puerta que la querían abrir, entonces rápidamente me volví a meter a la cama.
De reojo veía a uno de los hombres que entró a la habitación y se comenzó a quitar la chamarra luego la blusa, se acostó del lado vacío de la cama, apestaba a alcohol y a cigarro así que no aguante las ganas de vomitar.

–¿Con que ya estabas despierta eh?
y yo que apenas iba a hacerte mía pero no importa ya estás despierta y así será más fácil que anoche.

–¡Entoces fuiste tú! Maldi...dije caminando hacia el pero el solo saco una pistola haciendo que retrocediera.

–Te advertí que no intentaras nada, ahora acuéstate nuevamente.

–Esta bien, pero por favor déjame ir al baño.- pensé que allí podía encontrar algo para lastimarlo y así salir de aquí.

–Ahh está bien tienes 5 minutos.- rápidamente me dirigí hacia el baño busqué algo con que lo podía lastimar pero no había nada asta que detrás del lavabo ví que había unas tijeras. Las tomé y las escondí entré la sábana que tenía.

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