Mi Verdadera Esposa. ||Sasuke Uchiha||

3.- Senpai.

Protagonista.

Firme unos pocos papeles levantando de vez en cuando la mirada a la rosa en mi escritorio. Dejé mi bolígrafo sobre unos papeles solo para tocar sus pétalos despacio.

--Una rosa igual a las demás...-- me cruce de piernas sacando un libro muy viejo de uno de los gabinetes abriéndolo.

Leerlo le traía muchos recuerdos.

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"sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos"

Levante la mirada del libro hacia la espalda de Sasuke observando aquella capa negra que usaba mientras la nieve caía sin tregua sobre nosotros.

Mire el dibujo del zorro tocandolo despacio con la yema de mis dedos antes de cerrar el libro y meterlo dentro de un pergamino.

--¿te está gustando la nieve?-- pregunto Suigetsu tocando mi cabeza. --en mi defensa, no mucho, hace que se me congele el cuerpo.

Reí despacio recibiendo una mirada del Uchiha. Su Mangekyo estaba activado. Rápidamente aparte mi mirada empujando de forma sutil a Suigetsu de mi lado mientras me abrazaba a mi misma caminando hacia Sasuke.

Este paso su mano por mi hombro besando así mi cabeza.

"Buena chica"

Susurro en mi oído. Una sonrisa tímida adorno mis labios.
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Guarde de nueva cuenta el libro colocandome una mano en la cabeza al sentir una punzada en mi cien por lo que me puse de pie yendo hacia un mueble donde tenía unas pastillas.

Esta era la principal razón de estar trabajando en la prision/laboratorio de Redaku.

Por el uso prolongado de mi Mangekyo Sharingan, quede ciega...aquí me suministran lo que necesito para poder ver a cambio de trabajo.

Lleve un vaso con agua tomando una de las pastillas con la misma.

Mi hermano Shisui había muerto hace mucho tiempo, cuando solo tenía 6 años. Todo el clan culpaba al único que estuvo con él esa noche, Uchiha Itachi, yo también llegué a creerlo...

Mire mis manos...

Y ayude en su asesinato.

Di media vuelta volviendo a mi escritorio tomando mi pulsera roja saliendo así de mi consulta, justo cuando Menou paso corriendo a mi lado deteniéndose de golpe.
Con sus grandes ojos me quedo mirando antes de oler mi pulsera, solo ahí continuó su camino como si nada hubiera ocurrido. 

--No tengo idea como Zansul lo tiene tan amaestrado-- Susurre tomando rumbo al comedor aunque antes de siquiera entrar, uno de los guardias agarro mi brazo. 

--Señorita doctora-- saludo. --¿como ha estado?-- sonrio de forma suave. Era un guardia joven con el que siempre podia conversar un poco, aunque siempre...le gustaba sobre pasar mi espacio personal, como ahora por ejemplo. 

--Moroni, Hola, buenas noches-- Hice una reverencia suave. --¿que tal su turno?-- aparte su mano de mi brazo. 

--Como siempre, usted ya sabe-- se rasco la nuca. --Sabe, esta mañana fui a verla a su consultorio doctorcita, y no la encontre-- hice una mueca ligera. 

--¿Esta mañana? si, lo siento, solo me quede un poco más de tiempo en la cafeteria, Zansul compro un nuevo cafe-- mire al interior del lugar. --Llevo prisa, solo tengo 20 minutos para poder comer.

--Si, lo siento-- volvio a tomar mis manos besandolas. --Buen provecho con su cena. 

Hice una mueca apartandome sutilmente de él. 

--Muchas gracias...-- Sin esperar respuesta alguna de su parte, me apresure a entrar en la cafeteria yendo directo al meson para poder buscar algo de comida y mi preciado cafe. 

Al ser la unica mujer en la prision...pues basicamente estabas en la boca de todos y no solo los reos te buscaban por cualquier cosa, sino los propios guardias. En eso agradezco que Menou ande merodeando por aqui o por allá.

--Doctora!-- escuche la voz de Jiji. --Por aqui! sientese aqui con nosotros, para que no coma solita! ella es el amor de mi vida....-- dijo claramente a sus amigos en lo que me servia cafe instantaneo. 

--¿No estas casado Jiji?-- aquel fue Penjira. 

--Si pero...el amor de mi vida y mi persona destinada son cosas completamente distintas...-- Reí suave volteandome ya finalmente para ir hacia ellos. 

Normalmente son 3 personas con las que puedo hablar abiertamente sin sentirme incomoda, Jiji, Penjira y Ganno, aunque ahora en su mesa habia alguien más. Su silueta me era conocida...

--Doctorcita! no se ponga nerviosa, no mordemos!-- continuo Penjira. 

--Ya voy, son demasiado ruidosos-- Camine hacia ellos viendo como aquella silueta se giraba lentamente hacia mi. Frunci mi ceño dejando la bandeja sobre la mesa. 

Mis ojos instintivamente chocaron con los suyos.

Onix vs Onix.

--Él, querida Akira, es Uchiha Sasuke, nuevo reo del "Tartaro".-- presento Ganno.

Mi corazon se detuvo de golpe y aquel molesto nudo en mi garganta se formo. 

--Un gusto...Senpai.-- saludo. 

Su voz....

Mire mi reloj.

--Ya no alcanzo a comer, paso mi horario chicos, lo siento, coman mi porción-- mire nuevamente al Uchiha dando media vuelta para salir del comedor.

Narrador.

Sasuke se puso de pie mirandola salir del comedor.

--no te conviene meterte mucho con ella Sasuke-- aconsejo Jiji. --Es como una obra de arte, solo puedes verla, no tocarla-- alzó sus hombros.

El Uchiha no hizo caso y simplemente salió del comedor siguiendo a la doctora...a su mujer.

--Akira.

La mujer se detuvo.

--¿que haces aquí Sasuke?-- pregunto ella de inmediato. --¿a que viniste? ¿Te falta alguien que complete tu equipo?

"Solo pude pensar en ti para ayudarme"

--Oh para satisfacer tu propia necesidad...

"Te amo Akira"

--Tal vez para ser tu maldito verdugo.

"¡Mátalos!"

--No Akira, no es nada de eso, solo vengo a buscarte a ti...pedirte perdón.

--¿que?-- se volteo hacia él. --¿pedirme que?-- río divertida acercándose a él.  --No me llamo Uzumaki Naruto, no me llamo Haruno Sakura, yo no soy Konoha como para perdonarte ¡soy la jodida persona a la que dañaste de tal manera que termino siendo un jodido robot que solo seguía ordenes!-- lo empujo. --Lárgate de Redaku...o muere en esta prisión.

--Akira,solo espera!-- tomo la mano de la mujer para impedir que se fuera.

--¿por que debería esperar yo? Mis ojos ya no te sirven Sasuke, estoy ciega, utilice demasiado mi Mangekyo Sharingan por "amor" a ti-- Se aparto bruscamente de él. --No quiero saber más de ti...

Le dio la espalda caminando nuevamente hacia su consultorio.