Mi Verdadera Esposa. ||Sasuke Uchiha||

18.- El Príncipe Y La Rosa.

Protagonista.

Senti el viento mover mi cabello mientras mantenia mi mirada en el cielo observando como de a poco de volvia anaranjado con algunas zonas rojas a la par que los petalos de rosas volaban por el lugar. Ya habian pasado unos pocos meses desde que salimos de Konoha, viajando por la mayoria de las aldeas ninja, relajandonos en los pueblos de paso.

Baje la mirada a los rosales por donde caminaba en completa soledad, esperando a Sasuke quien habia ido a comprar algo de comida. 

Estabamos en los limites de la tierra del fuego, curiosamente, cerca de Redaku.

Tome una rosa cortandola, pinchandome con una de sus espinas. 

Cerre mis ojos unos momentos.

Cuando tenia 9 años, vi en un libro de hermosa portada donde salia una rosa, un principe y un zorro, titulada "El principe y la rosa", me fue regalada por mi mejor amigo en ese entonces ademas de mi unico familiar vivo. 

Sasuke.

Por el amor que le tenia, lo leía una y otra vez cada que él salia de misiones o tenia miedo, gracias a ello, comence a ver las cosas distintas...

Cuando Sasuke lloro por primera vez frente a mi, lo asimile con la rosa del cuento, no con el principe. 

Cuando limpie sus lagrimas y peine su cabello, me asimile como el principe del cuento, no como la rosa. 

Desde entonces, lo cuide poniendo mi cuerpo como un escudo al menos hasta que sus espinas comenzaron a crecer llegando incluso a lastimarme a mi misma.

Abri los ojos tocando mi pecho, el cual era adornado por una enorme cicatriz.

Su Jutsu más fuerte me atraveso justo en el pecho tras haber matado a Danzo e interponerme para que sus manos no siguieran manchandose de sangre, menos las de sus propios amigos o familia.

Sonreí antes de lamer mi pulgar mirando la rosa, solo ahí pude recordar algunas paginas de mi libro favorito por lo que comence a recitarlo en voz alta.

--Habia una vez un solitario principe en un solitario planeta acompañado unicamente de 3 volcanes diminutos. No conocia nada más alla ni a nadie, al menos hasta que una semilla llego traida por el viento escondiendose entre rocas y tierra.

Cuando aquella semilla germino, comenzo a salir una hermosa rosa. Con miedo a que fuera un baobabs, lo iba a cortar, al menos hasta que vio los hermosos ojos de aquella rosa.

Lo primero que salio de la boca de aquel principe fue un "Que hermosa eres" con una sonrisa.

La rosa por su lado, solo correspondio la sonrisa moviendo un poco su cabeza de un lado a otro.

"Lo se, y eso que recien vengo despertando, lamento que debas verme tan poco presentable"

Desde ese momento, al principe le fue imposible dejar a su rosa, le gustaba peinar sus petalos por la mañana, regarla por la tarde y cubrirla con un biombo por la noche, al menos hasta que sus cuatro espinas salieron.

"Ya estoy lista para que vengan los tigres!" Dijo con orgullo mostrando sus espinas.

"Aqui no hay tigres y de ser así, no comen rosas" Rio el principe. "pero si vienen y da la casualidad de que coman rosas, yo lucharia contra ellos por ti"

No habia hombre más enamorado que aquel principe.

Habia un dicho que el principe conocia, pero lamentablemente, no lo ponia en practica con su rosa.