CAPÍTULO IX

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John se cubrió la boca con una servilleta y así ocultar la sonrisa que se le dibujó en el rostro al notar unas miradas furtivas entre su amigo y su cuñada

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John se cubrió la boca con una servilleta y así ocultar la sonrisa que se le dibujó en el rostro al notar unas miradas furtivas entre su amigo y su cuñada.

Entonces, Edmund decidió añadir:

—No esperaba que Hastings siguiera fiel a sus sentimientos.

—Pocos hombres son así —comentó John, a la vez que añadía—: Por otro lado, hay hombres que no quieren admitir lo que sienten.

Georgiana, volviendo su mirada a John, le sonrió.

—Dudo encontrarme con otro hombre tan devoto como lord Hastings, eso es en verdad, lamentable —agregó, cortando su filete y se detuvo para añadir—: Pero tuve suerte de coincidir con él en mi viaje a la costa, pues resulta que los padres de mi querida amiga lo invitaron junto a otras dos familias más.

—Espero que no se haya propasado —murmuró Edmund.

—Para nada, fue muy caballeroso e incluso quedamos con reunirnos más seguido en Londres una vez inicie la temporada.

—Eso quiere decir que has planteado aceptar sus propuestas —dijo John, sorprendido de oír aquello, por lo que en lo último que pensó fue en su amigo sentado a su lado—, ¿Será esta tu última temporada?

—Aún lo estoy pensando —respondió Georgiana, pero decidió añadir—: Tomaré este viaje para decidirme ya que aún quedan dos meses para el inicio de temporada.

—Haces lo correcto, Georgie —señaló Edmund, quien finalizaba su comida—. Hastings parece saber lo que busca, pero hay algunos que no sabrían que tienen a la mujer perfecta en frente de ellos —comentó Edmund y señaló a John—: Acaso, ¿no entras en este grupo, Basset?

—He de admitir mi culpabilidad en aquel asunto, pero estoy seguro de que ya lo he recompensado.

Edmund asintió y le regaló una pequeña sonrisa.

—Una vez vea con mis propios ojos el estado de mi hermana —agregó—, podremos hablarnos como una verdadera familia.

—En mi opinión, ella está bastante a gusto como lady Basset —murmuró Georgiana y, pellizcando la mano de su hermano, agregó—: No te preocupes cuñado, Edmund solo está digiriendo todo lo que ha ocurrido desde que se marchó de Londres.

Edmund, que comenzaba a observar con atención el lugar, dirigió la conversación hacia otro tema, uno que le había estado molestando desde que llegó a Hampshire.

—Dime, Basset, ¿crees que Margareth me golpeará cuando me vea?

John, sorprendido de oír aquella pregunta, buscó ayuda en Georgiana, quien solo le sonrió con diversión.

—No creo que sea capaz de...

—Recomiendo que Edmund mantenga una agradable visita en el dormitorio de Margareth —interrumpió la joven—. Te aseguro, John, de que preferirás mantener a tu esposa lejos de objetos que pueda levantar y arrojar.

Desde El Primer Baile [#2]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora