Tras varios años estando solo, wilbur cree que es momento de tomar los consejos de sus amigos y empezar a darse una oportunidad para conocer a alguien.
Claro que, no esperaba que ese "alguien" fuera el peculiar y carismático maestro de su hijita ta...
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Los días siguientes para wilbur fueron, relativamente normales, solo llevando a tallulah a clases, el trabajando, y volviendo a casa para cenar y convivir un poco con su hija, escuchando mas que nada sus pequeñas historias sobre lo que había estado haciendo en el día.
Casi todas ellas concordaban en que el maestro sonriente, como aun le llamaba, habia estado siendo muy amable con ella y hasta le preguntaba sobre si entendía ciertos temas o si necesitaba ayuda, cosa que de cierto modo agradecía con su vida.
Esa misma mañana, decidió el ir por tallulah, y también aprovechó para hablar un poco con el azabache.
"Hey señor quackity! Como se ah portado mi hija? Todo bien con ella?"
"No si! Todo bien, tallulah es una niña bien portada, no me ah causado ni un solo problema" —declaró este, sonriéndole levemente. Esa sonrisa..
"Y usted como ah estado? Le va bien?" —wilbur notó que el azabache le miró con cierta sorpresa, para poco después responder como si nada.
"No pues todo bien, gracias por preguntar, las cosas podrían ir mejor pero pues, para que nos quejamos verdad? Solo nos queda seguirle para adelante" —wilbur asintió.
"Si, debe ser muy estresante ser maestro no es así?"
"Ni tanto fíjese, los niños suelen ser escandalosos y claro mas de una vez si me han hecho pensar "no inventes porque sigo trabajando aquí"—el castaño rió por el último comentario— "pero pues luego se me pasa, me acuerdo de pues, porqué inicié aquí y pues ya se me regresan las ganas de seguirle de maestro, aunque unas vacaciones no me vienen mal"
"Ojalá consiga pronto sus vacaciones, se las merece" —rieron en sintonía. Ambos se quedaron viendo un momento, como si se quisieran decir algo mas, sin embargo, el castaño solo atinó a despedirse de manera cordial, cosa que el otro no detuvo.
Wilbur iba de salida junto a tallulah, quien le iba hablando de su día en clases.
"Oye papá, a ti te agrada el maestro sonriente?" —aquella pregunta tomo por sorpresa al castaño, quien la miraba con sorpresa.
"A que viene la pregunta llulah? Sabes algo?" —la niña se encogió de hombros.
"Pues el maestro casi siempre pregunta si me cuida alguien aparte de ti, y también sobre ti. Yo siempre le digo que estas ocupado siempre y que mi abuelo phil me cuida! Eso esta bien?"
"Si mi niña, no hay problema..." —se quedó procesando lo dicho por su hija, poco después hablando nuevamente— "sobre lo que preguntaste, si, supongo que me agrada, es amigable"
"Podemos un día llevarlo a la casa? Quiero mostrarle mi libro de plantas!" —wilbur de nuevo se quedó en silencio, pensando en aquello, poco después sonrió levemente, con serenidad.
