Tras varios años estando solo, wilbur cree que es momento de tomar los consejos de sus amigos y empezar a darse una oportunidad para conocer a alguien.
Claro que, no esperaba que ese "alguien" fuera el peculiar y carismático maestro de su hijita ta...
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Wilbur y tallulah llegaron a su hogar casi por la noche después de haber estado con el azabache casi por dos días. La pequeña fue corriendo a su habitación una vez puso un pie dentro de su hogar, mientras Wilbur se dejaba caer en el gran sofá, la realidad era que sentía que su corazón en cualquier momento se le saldría del pecho.
Estaba tan, pero tan feliz... un novio, finalmente y por primera vez después de tanto tiempo.. tenía una pareja, alguien que le gustaba y que gustaba de él del mismo modo.. era increíble.
Wilbur no había tenido muchas parejas a lo largo de su vida, la única que tuvo había sido la madre de tallulah, pero fue algo tan corto y momentáneo que a veces olvidaba que esa relación había pasado; luego de volverse padre, no tuvo oportunidad de conocer personas, o enamorarse, no tenía tiempo, no tenía los ánimos.. y aunque nunca lo admitiera, sentía miedo. Su primera relación lo abandonó... ¿que le aseguraba que esto no se repetiría? Pero con quackity este miedo se hacía pequeño, casi invisible; sentía una conexión tan profunda con el en un tiempo tan corto de tiempo, que parecía irreal.
Pero el aun así adoraba eso, el amaba ese sentimiento... el amaba a quackity.
"Papi!" —exclamó tallulah mientras se tiraba junto a su padre en aquel sofá, sacando al castaño de sus pensamientos.
"Tallulah! Me sacaste un susto!" —se quejó en broma, cosa que la niña le miró apenada comenzando a disculparse de inmediato. A veces olvidaba que su hija se tomaba de manera literal algunas cosas— "Mi niña tranquila! No lo decía enserio, por favor no te disculpes"
"Seguro?"
"Muy seguro, ven aquí!" —Wilbur se acercó a la contraria para darle un gran abrazo, cosa que hizo a la contraria quejarse entre risillas.
"Papá! No mas abrazos!" —exclamó la niña, a lo que el contrario se alejó de inmediato, mientras le sonreía levemente. La niña entonces le sonrió de vuelta— "papá, puedo preguntar algo?"
"Oh claro que si, que sucede?"
"Tu y el maestro sonriente... ¿que son?" —preguntó con inocencia, cosa que hizo al castaño ponerse algo nervioso— "¿se gustan como mi abuelita kristine quiere a mi abuelito Phil?"
El castaño no pudo evitar soltar un pequeña risa, había tenido un pensamiento muy estúpido. se imaginó a si mismo y a el azabache de viejos justo como sus padres; sabía que Tallulah no se refería a eso y que sólo usaba a sus abuelos como referencia de lo que era "el amor serio", pero aun así, le pareció gracioso.
"Lo siento cielo, no quería reírme" —expresó el castaño, mientras soltaba un suspiro pesado— "pero.. en términos simples... si, me gusta tu maestro sonriente, y el gusta de mi también.." —la niña abrió los ojos con sorpresa, sonriendo ampliamente.
