Tras varios años estando solo, wilbur cree que es momento de tomar los consejos de sus amigos y empezar a darse una oportunidad para conocer a alguien.
Claro que, no esperaba que ese "alguien" fuera el peculiar y carismático maestro de su hijita ta...
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A la mañana siguiente, podríamos decir que todo volvió a la normalidad. Quackity se presentó a la escuela para dar sus respectivas clases; claro, había perdido su paga de la semana dado a su ausencia sin haber solicitado un día, pero que más daba! El estaba con toda la actitud para poder ser un educador!
¿Llantos? ¿Problemas con su familia y consciencia? ¿Pensamientos de fugarse del país sin decirle a nadie porque su mamá no lo había aceptado como bisexual? Que importaba! Ese día iban a ver multiplicaciones, cosa que era mucho mas importante ahora mismo.
"Buenos días mis niños! Me extrañaron? A su maestro favorito?" —saludó con optimismo el azabache, a lo que varios exclamaron un gran "si" en todo el salón— "Perfecto! Porqué hoy tenemos muchas cosas por hacer! Hoy vamos a hacer multiplicaciones!" —entonces todos los niños soltaron quejidos con frustración— "ay no empiecen! No termino de decirles lo demás que planeo hoy"
"Veremos la tarea que nos dejó antes de que no viniera? Sobre el poema que debíamos escribir?" —entonces dapper preguntó, ganándose miradas amenazantes.
"Ay gracias por recordarme! Okey entonces, hacemos multiplicaciones, califico sus poemas, y nos ponemos a ver una película "educativa" para ciencias naturales" —mencionó mientras guiñaba el ojo, a lo que los demás niños inmediatamente entendieron a que se refería.
Probablemente verían una película animada. Todos los niños entonces asintieron a lo que el azabache había dicho. Es entonces que, el mismo puso una cara algo seria cuando se dió cuenta de un gran y enorme detalle.
Tallulah no estaba en el aula.
Eso le dejó.. desconcertado, ¿porqué no había ido? Acaso algo le había pasado? No, no, no todo significaba algo malo, todo estaría bien! Seguro no era nada malo.. ¿verdad?
"Niños, vayan haciendo repaso de la página 45 de su libro de matemáticas y ahorita empezamos la clase okey? Necesito atender algo" —comentó, a lo que los niños asintieron— "chayanne quedas a cargo del salón, me anotas a quienes estén haciendo desastre!"
Y con ello el azabache salió del salón con celular en mano, empezando a llamar al castaño. Necesitaba respuestas, o no estaría conforme. Entonces llamó la primera vez, enviando su llamada directamente a buzón de voz.
Sintió su sangre helarse entonces. Volvió a llamar, y de nuevo ese buzón de voz se hizo presente; y de nuevo, y de nuevo, y por última vez.. fue lo mismo. La duda, la inquietud lo carcomía, ¿¡y si le había pasado algo!? No, ¿¡Y si ambos estaban mal!? Que iba a hacer!? Necesitaba asegurarse de que estuvieran bien, no podía dejar que esto pasara otra vez! No de nuevo, no podía.. no podía perderlos-
"Maestro sonriente!" —exclamó aquella pequeña castaña que el azabache tanto reconocía. Cuando la vió, se dio cuenta de que su cabello estaba más corto, llegando a la altura de los hombros.
