Tras varios años estando solo, wilbur cree que es momento de tomar los consejos de sus amigos y empezar a darse una oportunidad para conocer a alguien.
Claro que, no esperaba que ese "alguien" fuera el peculiar y carismático maestro de su hijita ta...
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Después de su pequeño momento de llantos por parte del azabache, ambos decidieron que lo ideal sería entretenerse con algo, siendo que optaron por ponerse a limpiar toda la casa. Si, estos dos no tenían concepción de una "cita romantica" como de películas, no, su cita ideal era sacar la mugre de los rincones del hogar.
Durante ese lapso ambos se mantuvieron callados mientras limpiaban, pero no era un silencio incomodo, se sentían muy tranquilos con la compañía del otro, aunque wilbur ya empezaba a extrañar a su adorada hija.
"Oye quackity, ahora que hablamos sobre seguir saliendo juntos, te molestaría si te invito a mi casa la siguiente semana? Tallulah me ah insistido en querer pasar el rato contigo, pero no se que tan ocupado te encuentres" —exclamó, siendo visto con sorpresa por el azabache.
"Ay claro! Yo con gusto iré a tu casa, me emociona mucho conocer mejor a tallulah fuera de clases, es una niña encantadora"
"Sin duda lo es" —sonrió, mientras acomodaba unos cojines del sofa.
Cuando terminaron, como si ambos estuvieran sincronizados fueron directamente a echarse al sofa para descansar, soltando unos suspiros largos y pesados. Quackity estaba a nada de quedarse dormido , hasta que escuchó la puerta de su casa ser tocada, cosa que le fastidió un poco; al principio pensaba ignorarlo, no quería levantarse del sofa, pero entonces los toques fueron mas constantes, y eso wilbur lo notó.
"No abrirás?" —preguntó el castaño.
"Tengo flojera" —respondió, acomodándose en el sillón— "abre tu, si? Porfas"
"Pero.." —wilbur, al notar la falta de intereses del azabache suspiró bajo, levantándose del sofa para ir a abrir la puerta. El azabache se sentía contento por ganar en esa batalla imaginaria.
Cuando wilbur abrió la puerta, se quedó confundido cuando vió a una señora con cuatro señores tras de ella y una niña incluida. ¿era una especie de confrontación de vecinos? Su confusión creció cuando la mujer le miró de pies a cabeza, y los señores le miraban como si de un fantasma se tratara, ¿lo estaban criticando? Que hacían? Que es lo que les pasaba?
"Buenas tardes, en que puedo ayudarla?" —preguntó con amabilidad el castaño. La mujer solo le sonrió aun confundida.
"Buenas tardes.. eh, usted quien es?" —preguntó la mujer.
"Uhm.. usted quien es?" —preguntó de nuevo, no quería decir nada sin saber.
"No yo no voy a decir nada hasta que me conteste" —reclamó la mujer. Los presentes entonces intervinieron.
"Ya ama mejor vámonos, se ve que no está, mejor venimos otro día" —dijo el hombre con la bandana — "disculpa amigo, ya nos retiramos"
